RUTA Nº 9:SAMBOAL-NAVAS DE ORO-CONSTANZANA

Gran parte de esta ruta discurre entre pinos resineros, resultando un paisaje bastante homogéneo, y son estos pinares los que fijan y esconden el inmenso campo de dunas sobre el que se asientan. Las dunas arenosas se fueron acumulando en la concavidad situada entre el Sistema Central y las parameras del centro de la Cuenca del Duero. Durante siglos, un viento dominante del suroeste fue trasladando las finas arenas, producto de la erosión, desde la Sierra de Guadarrama hasta la comarca de Tierra de Pinares, que en la actualidad comprende el noroeste de la provincia de Segovia y territorios adyacentes de las provincias de Ávila y de Valladolid. Además de los pinos, nos encontraremos la característica vegetación de ribera en los márgenes de los ríos Eresma y Pirón, y esporádicamente encontraremos encinas y rebollos.

 

Se trata de una ruta  sin grandes dificultades. El camino de ida  se realiza descendiendo una suave pendiente que tiene un desnivel de apenas 60 metros de altitud  desde la salida hasta las inmediaciones de Samboal. En el camino de vuelta, encontraremos como principal escollo, sin resultar excesivamente dificultoso, la subida de las rampas del Eresma cuando dejamos atrás el centro forestal de Constanzana.

 

(Al final de esta ruta hay archivos del mapa, del perfil y la descripción de la ruta que se pueden descargar)

 

Fig.1. Mapa de la ruta nº 9

Fig.2. Perfil de la ruta nº 9.

El inicio de esta ruta coincide con el de la ruta nº 2, a través del paraje del Rebollar, cuyo camino nos llevará hasta el puente de la autovía CL - 601. Pasado el puente sobre la autovía continuamos durante 2,3 kilómetros por el mismo camino, y a diferencia de la ruta nº 2, en vez de desviamos a la izquierda por el camino que conduce hasta Santa Águeda, seguimos recto hasta el Pinar de Temeroso, después de recorrer otros 800 metros desde ese cruce de caminos. Accedemos a este pinar por un paso canadiense que trata de evitar que el ganado suelto pueda salirse de la finca (cruzaremos por este tipo de barreras en dos ocasiones más). Es este un pinar clareado en el que hay poca densidad de pinos y éstos se mezclan a ratos con pequeñas encinas y otras veces con rebollos; probablemente, si aquí se dejase actuar a la naturaleza por su cuenta, con el paso del tiempo el pinar acabaría convirtiéndose en encinar o en rebollar. El suelo del pinar se puebla de matorrales, en ocasiones de retamas y en otras de olorosas jaras. El camino que atraviesa este pinar nos conducirá  hasta la carretera SG-332 que va de Navalmanzano a Navas de Oro (a 12,2 kilómetros desde que iniciamos esta ruta) y próximo al punto kilométrico 6 de esa carretera.

Fig. 3 y 4. Entrada por el paso canadiense al pinar de Temeroso. Rebollos al lado del camino.

Girando a la izquierda, proseguimos por la citada carretera otros 3,5 kilómetros y, después de pasar el cartel que indica la proximidad de la Compañía Minera de Río Pirón, nos desviamos a mano derecha y no tardaremos en llegar a la explotación en la que se extraen arenas silíceas. Aquí se sitúa el punto que esta ruta señala como la parada nº 1.

 

PARADA Nº 1 – ARENERO (KM 16,5)

 

 

Nos encontramos una gran explanada en la que se han extraído desde hace años arenas de origen eólico, empleadas en el sector de la cerámica y en la construcción. Esta planta de Navas de Oro junto con la que extrae las arenas de Burgomillodo, en Carrascal del Río, obtienen entre las dos el 80% de la producción total de España de feldespato potásico, necesario para obtener cerámica y vidrio de alta calidad. Las arenas silíceas se emplean en el sector de la construcción en morteros, en prefabricados de hormigón, en chorros a presión para limpieza de fachadas, … 

Fig. 5 y 6. Indicador de desvío al arenero. Explanada de extracción de áridos.

 

Las arenas extraídas en esta planta son tratadas en un complejo proceso de lavado, secado y separación magnética de minerales y luego, una vez depuradas, se transportan a granel en camiones. La planta extrae la arena superficial de más de 2 hectáreas anuales y, en la misma medida que se van extrayendo las arenas, se regenera la masa forestal, como puede verse en las hileras de pinos jóvenes que hay junto a la valla exterior. Una vez que se ha llevado a cabo la repoblación forestal, el terreno es entregado por la empresa concesionaria de la explotación al Ayuntamiento de Navas de Oro. Más alejado de la valla, se aprecia el socavón de varios metros de altura que hay entre el nivel de la explanada y el del pinar próximo, lo que da una idea de la inmensa acumulación de arena que cubre los cientos de km2 de la superficie de Tierra de Pinares.

 

 

Continuando en línea recta sobrepasamos las instalaciones de la empresa y pasamos del asfalto a la arena del camino que llevará hasta otro camino perpendicular por el que nos desviaremos hacia la izquierda. Nos volvemos a desviar por el primer camino que sale a la derecha, y recorridos 400 metros nos encontraremos un vallado que cierra un coto de caza; iremos en paralelo a este vallado a lo largo de otros 400 metros hasta llegar a una puerta tras la que hay un paso canadiense; esta puerta debería permitir siempre el paso por el camino público; esto no siempre se respeta y, a menudo, el guarda de la finca mantiene cerrado el candado, cuando en ningún caso debería hacerlo, aunque haya un letrero que indica el número de teléfono al que hay que llamar “para hacernos el favor de abrirnos por si queremos pasar” (todo un detalle).

En estos casos, tras llamar por teléfono para poder pasar, después es recomendable mandar las correspondientes quejas al SEPRONA, al Ayuntamiento de Mudrián y a la Junta de Castilla y León para que quede constancia de que se está vulnerando el derecho de libre tránsito a través de vías públicas, porque, de lo contrario, los propietarios o el guarda de turno pensarán que el camino es suyo y seguirán haciendo lo que les venga en gana. 

Fig. 7 y 8. Entrada de la valla metálica del coto de caza. Salida por las casas del Duque.

Atravesada la puerta del vallado, el camino nos conducirá un kilómetro después hasta el puente sobre el río Pirón; pasado el puente tomamos el camino de la izquierda y 1.200 metros después llegaremos hasta otro paso canadiense y, de nuevo, otra puerta del vallado con otro paso canadiense, con su correspondiente letrero con el mismo número de teléfono.

Tras esta última puerta encontramos las edificaciones conocidas como Casas del Duque y continuaremos en línea recta por el camino que discurre en paralelo al río Pirón, entre los que hay un tramo asfaltado. A 4 kilómetros de las Casa del Duque cogemos otro camino que sale a la derecha y que pasa al lado de un arenero; este camino nos llevará hasta Samboal, pueblo al que entraremos por la calle Arenal, de la que nos desviamos por la calle Antonio Pérez, y ésta última nos conducirá hasta la Plaza Mayor en la que se sitúa la  iglesia parroquial, lugar en el que efectuaremos la segunda parada.

 

PARADA Nº 2: IGLESIA PARROQUIAL DE SAMBOAL (KM 26,7)

 

La iglesia de San Baudilio de Samboal es una de las joyas del románico mudéjar en la provincia de Segovia. En origen, formaba parte de un priorato benedictino, fundado en el siglo XII tras la donación que efectuaron los condes de Monzón, Don Pedro Ansúrez y su mujer Doña Eilo, al monasterio de San Isidoro de Dueñas (Palencia), con la jurisdicción y heredades del lugar, que entonces se llamaba San Boal de Carracielo del Pinar. A cobijo del priorato fue surgiendo un poblado que sería el origen de Samboal y tras diversas vicisitudes acaecidas en el edificio monástico, entre ellas un incendio que lo arrasó, llegó la ley de Desamortización de Mendizábal en 1835, merced a la cual un particular compró en subasta pública los bienes expropiados por el Estado al priorato.

 

Del antiguo complejo monacal pervive la iglesia del priorato, edificio de una sola nave, pero pudo haberse proyectado para tener tres naves; prueba de ello sería el arco que se abre al oeste en las dos capillas laterales que flanquean el presbiterio. La nave central, de escasa longitud, fue reconstruida a mediados del siglo XVIII, momento en el que el edificio solo mantenía en pie el ábside y la torre.

El ábside tiene un  alargado presbiterio de dos tramos rectos y el remate de sección semicircular. En el interior, con la restauración llevada a cabo en el edificio en 2008, el ladrillo visto contrasta vivamente con los muros enlucidos de yeso blanco. El exterior, después de esa restauración, luce en todo su esplendor, y sobre un basamento de cal y canto y un zócalo de mampostería, se sitúa la doble arquería de medio punto del tramo recto (con tres arcos por cada faja) y la triple arquería del cuerpo semicircular (con doce arcos por cada registro), creando un ritmo de arquerías ciegas difícil de igualar, con arcos doblados e insertados en un recuadro y rematado el muro con un alero muy marcado. En la cara oeste de las dos capillas laterales se abren portadas con cinco roscas de ladrillo, ocupando la capilla septentrional el cuerpo inferior de la torre campanario.

 

 

La torre cuadrangular presenta un cuerpo inferior ciego de cal y canto y ladrillo en las esquinas; en cada frente de los tres cuerpos superiores se abren arquerías: la inferior con dos arcos doblados, la media con dos arcos doblados e inscritos en un alfiz y la superior, donde se albergan las campanas, con cuatro alargados arcos enmarcados también por un alfiz.

Fig. 9 y 10. Iglesia de Samboal. Vistas desde el ábside y desde los pies de la iglesia.

 

Saldremos de Samboal por la calle Muro, que nos conduce hasta la carretera SG-342 en dirección a Navas de Oro. Después de recorrer 7 kilómetros más y, después de pasar el indicador con el nombre de la población, nos desviamos por el camino que sale a la derecha y que pasa al lado de un almacén de materiales de construcción. Avanzando por el camino llegamos a otro camino por la izquierda y que pasa junto a unas naves de ganado y cerca de éstas encontramos una laguna catalogada como de especial protección de aves, situada a 1 kilómetro del desvío de la carretera y será el lugar donde efectuamos una nueva parada.

 

PARADA Nº 3: LAGUNA DE LA VEGA (KM 34,6)

 

 

Este es uno de los tres humedales de interés especial que podemos encontrar en el término municipal de Navas de Oro. Esta laguna, al igual que las que se pueden visitar en Lastras de Cuéllar en la ruta nº 5 o las que se sitúan en las proximidades de Cantalejo, guardan relación con el nivel de las aguas subterráneas; éstas afloran en las zonas deprimidas interdunares, que en la zona se conocen como navas o navazos, y que dan nombre al mismo pueblo de Navas de Oro o al vecino de Nava de la Asunción o al paraje de La Nava, entre Navalmanzano y Pinarnegrillo. La superficie inundada por la laguna depende del agua de lluvia caída; en años de pocas lluvias y durante los meses de verano el nivel de estas lagunas o labajos desciende notablemente, y en algunos casos llegan a secarse por completo. Por la acumulación de arenas y limos, así como la formación de turba por los restos de la vegetación, estas lagunas tenderán a su colmatación con el discurrir del tiempo. 

Fig. 11 y 12. Laguna de la Vega. Caseta de avistamiento de aves. Vista de la laguna

 

Como en los humedales de Lastras la vegetación de sus márgenes está formada por carrizos, juncos y eneas. Entre la vegetación anidan distintas especies de aves (como fochas, cercetas, patos cuchara o azulones) y algunas  aves migratorias también utilizan  este espacio como descansadero donde reponer sus fuerzas. Esta laguna, junto a otras dos en al término de Navas de Oro (la de Pero Rubio y de la Magdalena) y la lagunas mencionadas de Lastras de Cuéllar y Cantalejo en el catálogo de Zonas Húmedas por Decreto de la Junta de Catilla y León como ecosistemas protegidos. En estos espacios se prohíbe expresamente su desecación, acumulación de residuos o la emisión de vertidos. 

Fig. 13. Vista de Navas de Oro llegando por la carretera de Samboal

Avanzando por el camino, entramos en Navas de Oro por la calle Abrojal, en la que encontramos la piscina municipal y, a continuación, la tapia del campo de fútbol; llegando al final de esta tapia, atravesamos la carretera SG-342 y seguimos recto a través de la calle Nueva, por la que llegaremos a la iglesia parroquial del pueblo, lugar desde el que podemos realizar un recorrido por algunos puntos de su casco urbano.

PARADA Nº 4: NAVAS DE ORO (KM 35,7)

Desde el siglo XII, Navas de Oro era un núcleo de población que no tenía entidad propia, si no que estaba constituido por dos barrios, pero que dependía uno de la Comunidad de Cuéllar y el otro de la Comunidad de Coca, ya que éstos dos municipios se lo disputaban por estar en el límite de sus respectivos términos. Los dos barrios estaban separados por una calle con el significativo nombre de La Raya y además contaba cada uno con ayuntamiento e iglesia propios.  Por iniciativa de la Diputación Provincial de Segovia, los dos barrios  formaron un único municipio, fusionándose de forma oficial los dos ayuntamientos y las dos parroquias a partir del año 1842.

 

La Iglesia de Santiago a la que llegamos estaba en el barrio de Coca y paso a ser la iglesia parroquial de Navas de Oro. El edificio se remonta al siglo XII, época de la que solo conserva su pila bautismal, y se transformó por completo al gusto barroco durante el siglo XVIII. La iglesia tiene planta rectangular, con tres naves, de cabecera plana y cubierta a dos aguas. Su acceso principal se sitúa en el muro sur, donde la puerta se abre bajo un arco de medio punto de ladrillo. Sobre esta puerta, el muro culmina con una pequeña espadaña con un nicho acristalado y flanqueada por dos pináculos piramidales rematados con bolas. En el muro oeste de la iglesia se abre otra puerta y sobre ella se levanta una espadaña de dos cuerpos, con dos vanos en el primer cuerpo y otro vano más en el frontón triangular del extremo superior y, en los tres vanos, arcos de medio punto que cobijan las campanas. 

Fig. 14 y 15. Iglesia de Santiago. Antigua fábrica de resina. Navas de Oro.

Desde la cabecera de la iglesia parroquial nos dirigimos por la calle Franco y giramos a la izquierda para continuar por la calle La Raya (la que separaba los dos barrios de Navas de Oro). Al final de esta calle encontraremos una de las antiguas fábricas de resina (o miera, como se llama al producto por esta zona) que había en el pueblo y, aunque semiderruidos, todavía conserva las dependencias que la componían. El edificio tenía un muelle para descargar los barriles de resina, una pila para su limpieza, un alambique con serpentín para la destilación y un almacén de los productos obtenidos. Además de las dependencias relacionadas con la transformación de la resina, la fábrica contaba con una leñera, talleres de carpintería y tonelería, una oficina, cuadra para los bueyes y casas de los empleados, por lo que el complejo ocupaba una amplia superficie.

En el proceso de transformación, primero se limpiaban las impurezas de la resina con una gran espumadera; más tarde, se calentaba la olla del alambique y a su paso por el serpentín se condensaban el agua y el aguarrás, que por su distinta densidad podían separarse con facilidad. El residuo de la destilación que quedaba en el fondo de la olla es la colofonia, que se usa para la fabricación de colas, pegamentos, barnices y chicle. De un kilogramo de resina se obtenían, aproximadamente, 200 gramos de aguarrás y unos 600 gramos de colofonia.                

(esta información se extrajo de la página que puede consultarse para saber más sobre el tema http://patrimonioindustrialensegovia.blogspot.com.es/2009/01/fbrica-de-resina.html )

Sobre el conjunto de la fábrica se destaca la chimenea de ladrillo de más de 30 metros de altura, elemento bien visible desde kilómetros de distancia. En Navas de Oro se conservan otras tres chimeneas de las antiguas fábricas (dos más en el casco urbano y la otra a la salida del pueblo, al lado de la carretera de Navalmanzano) y dan una idea de la pujanza que llegó a tener el sector de la resina en este pueblo y no es extraño que sus habitantes lleven a gala  el gentilicio de “pegueros”.

Las chimeneas industriales que vemos en Navas de Oro fueron construidas en los años 40 del siglo XX por albañiles que provenían de Paiporta (Valencia) y que tenían como maestro de obras a Abelardo Martínez, que recorrió media España dejando muestras de su pericia en este tipo de construcciones; en Segovia construyó también las chimeneas de la fábrica de loza de la capital y las de las fábricas de resina de Zarzuela del Pinar y de Lastras de Cuéllar. Este tipo de trabajo era muy arriesgado, pues por entonces no se utilizaban andamios ni arneses. Los obreros iban colocando los ladrillos desde el interior de la estructura, utilizando una especie de garras en forma de “U” que se embutían en pared cada 35 centímetros y por las que se trepaba a modo de escalones. Una polea interna que se manejaba a ras de suelo permitía subir el material necesario. Tanto la base, a modo de podio, como el fuste y la corona de remate de la chimenea de la antigua fábrica de la calle de La Raya tienen sección octogonal. Las otras dos chimeneas que podemos encontrar en el casco urbano  de Navas de Oro tienen sección cilíndrica.

 

Volvemos por la calle Raya y nos desviamos a la izquierda por la calle Ancha, que nos llevará hasta la torre de Santa María, que es lo único que queda de la antigua iglesia situada en el barrio de Cuéllar. Esta iglesia del siglo XIII pudo haber sido de estilo románico de ladrillo, fue reformada en el siglo XVI, y tras la unificación de los dos barrios se suprimió como parroquia y el edificio acabó en la ruina. La torre campanario que queda en pie también tiene una base con muros de mampostería y ángulos de sillares de piedra caliza, que puede corresponderse con la edificación románica. El segundo cuerpo y el remate de la torre se corresponderían con las reformas del siglo XVI, utilizando ahora el ladrillo como principal material de construcción; estos dos últimos cuerpos están separados por dos líneas de impostas con molduras en dientes de sierra e hiladas salientes de ladrillos a tizón; en el campanario se abren dos vanos con arquerías de medio punto en tres de sus frentes y uno de mayor tamaño en el otro, y en todos esos frentes una esfera de reloj en el centro. La torre se culmina con un remate almenado de ladrillo sobre una fila de modillones salientes del mismo material.

Fig. 16 y 17. Torre de la antigua iglesia de Santa María. Palacete de los Mesa. Navas de Oro.

Seguiremos por la calle Bodones en dirección a la carretera SG-332 y en la esquina de la manzana donde confluyen ambas vías hay un palacete construido en 1944, según reza la fachada; este palacete era propiedad de la familia Mesa; durante el franquismo, los Mesa impulsaron las fábricas de resina y ejercieron el papel de caciques que controlaban económica y políticamente la vida social de Navas de Oro durante ese período. Este edificio de tres plantas es de estilo indefinido y tiene un aire pretencioso y grandilocuente: un piso inferior de fachada almohadillada, grandes balcones con balaustradas en la primera planta, molduras remarcando ventanas y puertas, escudos blasonados en el balcón sobre la puerta principal y en la parte superior de su esquina curva, … Una balaustrada, con idénticas características que las que vemos en los balcones, culmina la fachada y entre tramo y tramo de esta balaustrada se sitúan pináculos de remate apiramidado.

 

Ya en la carretera se divisan otras dos chimeneas de antiguas fábricas de resina que han quedado como únicos restos de los edificios desaparecidos. Antes de salir del casco urbano de Navas de Oro, en dirección a Navalmanzano, nos topamos con la ermita del Cristo del Humilladero del siglo XVII, que primeramente fue la capilla del cementerio. Este pequeño edificio tiene planta rectangular y sus muros están construidos con adobe y mampostería encalados y enmarcados por hileras y ángulos de ladrillo. Sobre la puerta de acceso se sitúa un frontón triangular (con óculo en su parte central) y sobre él la fachada se remata con una espadaña de un solo con una pequeña campana en su interior. 

Fig.18 y 19. Torre troncocónica de otra fábrica de resina. Ermita del Cristo del Humilladero. Navas de Oro.

 

Salimos de Navas de Oro por la carretera SG-332 y a 2,5 kilómetros de la ermita nos desviamos por la carretera SG-3321 en dirección al Pinar de Bernardos y que nos llevará hasta el Eresma, 6 kilómetros después de habernos desviado de la anterior carretera. Antes de llegar hasta el Eresma, podemos detenernos en el camino que sale a la derecha tras la señal de peligro que avisa una doble curva de la imagen nº 20; desde allí podemos avistar el barranco de gran desnivel que forma el río. Al sobrepasar el puente, nos desviamos inmediatamente a la derecha, lugar en el que podremos realizar una nueva parada. 

Fig. 20 y 21. Bajada hasta el río Eresma. Vista del barranco del Eresma.

 

PARADA Nº 5: MÁRGENES DEL RÍO ERESMA (KM 46)

  

Los márgenes del río nos ofrecen la posibilidad de pasear disfrutando de un paisaje lleno de atractivos. En el paraje existe una pequeña represa, en la que se sitúa un medidor del caudal de río; en el margen derecho, un canal excavado en la base rocosa del terreno, desviaba el agua del río hasta un molino próximo y en los días más calurosos del verano nos permiten disfrutar del frescor y de una vegetación enmarañada de zarzas, enredaderas y lianas que rezuman gotas de agua. En el margen izquierdo nos encontramos un barranco de paredes verticales excavado por el agua del río, de más de 30 metros de desnivel; en el margen derecho el barranco no alcanza la misma altura y la pendiente no es tan pronunciada como en el margen derecho. La base del barranco lo forman fragmentos de pizarra mezclados con arenas procedentes del macizo de Santa María y que el río arrastró aguas abajo. El estrato superior del barranco tendría la misma procedencia que los depósitos arenosos de Tierra de Pinares, de los que ya se ha hablado en la Parada nº 1 de esta ruta. A uno y otro lado del río la masa de pinos resineros que pueblan los arenales camuflan las hendiduras que profundizaron las aguas del Eresma.

Fig. 22 y 23. Pequeña presa en el Eresma. Vista de los estratos del barranco desde el río.

Fig. 24 y 25. Otra vista de los estratos arenosos desde el nivel del río. Canal del molino.

Volvemos a cruzar el puente sobre el río y nos desviaremos pasados 200 metros a la derecha, por el camino donde unas señales nos indican la dirección de una casa rural y el Centro forestal de Constanzana, frente al que haremos la siguiente parada.

 

PARADA Nº 6: CENTRO FORESTAL DE CONSTANZANA (KM 46,5)

 

 

Frente al Centro forestal de Constanzana hay un área de descanso con mesas con asientos de madera donde podemos reposar. A su lado hay una explanada con suelo de cemento que se utilizó como sequero; hasta este lugar se llevaban las piñas y se dejaban secar al sol, para después extraer los piñones y poderse emplear como semillas para las reforestaciones de los bosques, especialmente de pinos resineros. Esta labor la llevaba a cabo el ICONA durante el tiempo que el espacio se utilizó como secadero. La caseta de techo de ladrillo abovedado y revocada de cemento que hay al lado del secadero sería utilizada por los empleados del ICONA para guardar las herramientas utilizadas en los menesteres señalados.

Fig. 26 y 27. El Sequero del Centro Forestal. Vegetación en el área de captación de agua de Bernardos.

Desde el sequero nos podemos dirigir andando hasta el cauce del Eresma, en cuyas orillas encontramos una vegetación exuberante, donde contrastan los pinares con el verde más intenso de los márgenes del río; en las proximidades, el Ayuntamiento de Bernardos tiene una caseta de captación de agua potable que se extrae del río y aguas abajo se encuentran los restos de un molino derruido cerca del puente por el que habíamos pasado anteriormente.

 

Desde la explanada del Centro forestal volvemos al camino que discurre cuesta arriba y tras recorrer unos 600 metros nos desviamos por el camino de la derecha, por el que transitamos durante otros 300 metros para desviarnos nuevamente hacia la derecha; seguimos rectos por este camino durante 1 kilómetro y nos desviaremos a la derecha en ángulo recto hasta una nueva bifurcación que sale a unos 800 metros y en la que cogemos el camino de la izquierda, lugar en el que se situaba el antiguo vertedero de Carbonero el Mayor; este camino, que atraviesa perpendicularmente el camino que lleva hasta Peñacarrasquilla, nos llevará en línea recta hasta las ruinas de la ermita de Santa Águeda. 

Fig. 28. Caseta forestal camino de Santa Águeda.

 

La ermita de Santa Águeda se correspondería con la parada nº 7 (en el kilómetro 50 de este recorrido), que ya fue comentada en la ruta nº 2. A partir de aquí, cruzaríamos el río por el vado y medio kilómetro después nos desviaremos por el camino de la derecha; pasaremos después de otro medio kilómetro al lado de unas naves de ganado porcino y 2,5 kilómetros después nos situaremos en el camino de la vía de servicio de la autovía CL-601; subiremos el puente que atraviesa la autovía y tomamos la carretera que nos llevará hasta Pinarnegrillo, haciendo una última parada en el kilómetro 54 del recorrido (que coincide con la parada nº 8 que también se comentó en la ruta nº 2), lugar en el que se puede apreciar un afloramiento de esquistos en los márgenes de la carretera. El recorrido de la ruta se completará haciendo 5,5 kilómetros más a través de la carretera SG-2211.

 

 

En Wikiloc puedes encontrar este recorrido en la siguiente dirección:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11797796

 

 

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