RUTA Nº 10: NAVALMANZANO - PINAREJOS - GOMEZSERRACÍN - CAMPO DE CUÉLLAR - CHATÚN - MUDRIÁN - SAN MARTÍN

 

PRIMAVERA DE 2016

 

Este es un recorrido perfecto para llanear por caminos y donde no vamos a encontrar repechos ni bajadas pronunciadas;  apenas encontramos un desnivel de 70 metros de altitud entre la salida y el punto más bajo, situado en Campo de Cuéllar. La ruta discurre alternativamente entre pinares y campos de cultivo, y en el caso de Gomezserracín, Campo y Chatún predominarán allí las huertas de regadío. Toda la llanura que atravesamos está caracterizada por ser de terrenos arenosos propios de Tierra de Pinares y dentro de ella, esta comarca es denominada como el Carracillo (etimológicamente “camino del cielo”).

La comarca del Carracillo se sitúa entre los ríos Cega y Pirón y puede decirse que se trata de un ancho valle que tiene como base un fondo arcilloso impermeable; un manto de arenas movidas por el viento ha ido rellenando este valle y el agua de lluvia va filtrándose y queda retenida en esa capa arenosa como si fuera un embalse subterráneo. Esto explica por qué el nivel de las aguas subterráneas está tan próximo a la superficie y los pozos no necesitan hondearse a mucha profundidad. El fácil acceso al agua de riego y la laboriosidad de sus gentes ha convertido a los pueblos de esta comarca en una gran huerta que es capaz de competir en los mercados internacionales, por la calidad y variedad de sus hortalizas. Durante el verano, el Carracillo se convierte en un tapiz geométrico de distintas tonalidades de verdes y entre sus cultivos se pueden destacar lechugas, puerros, remolachas de mesa, zanahorias, endibias, plantas de fresa y frambuesas, además de cultivos más tradicionales como la remolacha azucarera o la patata.

Para saber más puedes visitar la web de la Comunidad de regantes: http://www.regantesdelcarracillo.es/principal.htm

Otra nota distintiva en todos los pueblos de la comarca ha sido el uso dominante del adobe como material de construcción; en pocos lugares de la provincia encontraremos una presencia tan notoria del adobe, explicado por el hecho de la escasez de piedra en el entorno más próximo. La utilización  del adobe era mayor en los muros de corrales y cercados, pero también es frecuente encontrarlo visto o revocado en los muros de las viviendas. El adobe era un material económico y fácil de obtener, y en la mayoría de estos pueblos se obtenía de lugares próximos al casco urbano. En muchos casos es visible la cicatriz que sobre el terreno ha dejado la extracción de barro durante generaciones y ha dado lugar a lagunas con el nombre que recuerdan el uso que tuvo el lugar: adoberas. Junto al adobe, los materiales más abundantes eran la madera, también material barato y fácil de conseguir en los pinares de la zona, y el ladrillo.

El proceso de fabricación del adobe se hacía por métodos tradicionales; se excavaba el terreno para obtener la tierra, se desmenuzaba, mezclándola con agua y paja trillada y se amasaba con los propios pies o se empleaban los animales para ello. Una vez se tenía la mezcla compacta se rellenaban con el barro los moldes de madera (gradillas) y se quitaba el sobrante con el rasero y, una vez moldeada la pieza, se dejaba secar al sol.

Los adobes utilizados en la comarca presentan poca variedad; entre las pocas diferencias que se pueden encontrar está la tonalidad de los adobes, más blanquecino en Gomezserracín  que en los demás pueblos, donde tienen tonos color ceniza. Las piezas se colocan siempre horizontalmente, siendo frecuente la disposición a soga y tizón alternativamente en hiladas superpuestas. La parte inferior de los muros suele estar realizada con un mampuesto de piedra, más resistente a la acción del agua que cae desde el goterío; en algunos edificios la mampostería llega a superar el metro de altura. Con frecuencia, en los muros de pisos superiores y los hastiales de los edificios, los adobes rellenan los huecos de los entramados de madera.

Desgraciadamente, el empleo del adobe está en desuso y, aunque son de sobra conocidas sus virtudes como un excelente aislante acústico y térmico, en las nuevas construcciones se prefieren otros materiales más funcionales y resistentes. Con el paso del tiempo los adobes acabarán por desaparecer y con ellos se perderán parte de un elemento que durante siglos ha sido característico en el paisaje de nuestros pueblos y un ejemplo de uso tradicional de los recursos propios del entorno.

 

Fig. no 1. Mapa de la ruta n10

Fig. no 2. Perfil de la ruta n10

 

El comienzo de este recorrido coincide con el mismo que se sigue en la ruta nº 3, llegando hasta la iglesia parroquial de Navalmanzano, a 5 kilómetros de la salida, donde está señalada la primera parada.

 

PARADA Nº1: IGLESIA DE NAVALMANZANO (KM 4,8)

 

 

La actual iglesia de los Santos Justo y Pastor es un templo del siglo XVIII construido en planta de cruz latina y del que en altura sobresale un elevado crucero, que en el interior se cubre con cúpula de media naranja. Los muros son de mampostería, reforzados con piedra escuadrada en los ángulos inferiores, mientras que en la parte alta de los muros, en los de los cuerpos más elevados y en los vanos se refuerzan con ladrillo. Al oeste del templo se encuentra la torre campanario, construida  en granito y rematada por un agudo chapitel de pizarra, sobre el que se sitúa un caballo de forja que hace las veces de veleta.

Fig.  3. Iglesia parroquial de Navalmanzano.

 

 

Proseguimos desde la Plaza Mayor a través de la calle Eustasio Herranz para desembocar en un cruce en el que seguimos recto hasta que finaliza la calle Caño donde tomaremos a la derecha la antigua carretera de  Valladolid, de la que recorremos 2 kilómetros. Pasada esa distancia sale un  camino de arena a la derecha que se convierte en vía de servicio de la autovía A-601; transitamos en paralelo a la autovía, primero por un tramo del camino de arena que después se convierte en firme asfaltado, por  el que llegaremos hasta Pinarejos. Sobrepasado el frontón, cogemos a la izquierda la calle Real, pasando por un extremo de la plaza del Ayuntamiento y seguimos recto hasta la plaza del Oeste, que tiene forma triangular; nos desviaremos por la calle que sale a mano derecha, que nos conduce hasta la plaza ajardinada de la iglesia parroquial, lugar en el que efectuamos la segunda parada. 

Fig. 4 y 5. Ayuntamiento. Pequeño edificio de muros de adobe. Pinarejos.

PARADA Nº 2: IGLESIA DE PINAREJOS (KM 11,5)

 

Ntra. Sra. de la Asunción de Pinarejos es una iglesia con encanto y después de los arreglos de restauración de los últimos años se muestra en todo su esplendor; se empezó a construir en los siglos XII-XIII en estilo románico mudéjar, pero fueron añadiéndose elementos de estilos posteriores en sucesivas reformas hasta llegar a época barroca. El templo está construido de mampostería y ladrillo; éste es empleado en muros y arquerías, reservando la piedra para sillares en columnas y capiteles y en un contrafuerte exterior. El edificio se compone de una nave a la que se añade una galería porticada en su lado sur; este pórtico tiene una puerta con arco de ladrillo, y a cada lado tres arcos más, también de ladrillo, estando cegados dos del lado derecho. El arco central de cada lado de la puerta está sujeto por dobles columnas y capiteles de talla tosca y motivos ingenuos, realizados en piedra caliza. El ladrillo es el material con el que está realizada por entero la portada de acceso al templo: una triple arquería y el alfiz que la remarca, ambos arrancando desde el suelo, y sobre la triple arcada una banda decorativa en forma de dientes de sierra. A ambos lados de la portada hay restos de pintura, de cronología difícil de precisar. En su interior conserva pinturas descubiertas en las últimas restauraciones, con temas religiosos, una Santa Cena, y profanos, con luchas ente caballeros o el alanceamiento de un toro.

 

En el lado norte de la cabecera plana se adosa una torre de planta cuadrada que parece ser el elemento más antiguo del edificio; está construida de ladrillo en los ángulos y las arquerías del campanario, así como su remate piramidal. La mampostería de los muros del edificio se cubre con un revoque blanquecino que contrasta con el color rojizo del ladrillo.

Fig. 6 y 7. Iglesia parroquial de Pinarejos.

Fig. 8 y 9. Detalle de los capiteles del pórtico.

Saldremos de Pinarejos siguiendo por el camino próximo al cementerio, que se encuentra  adosado a la iglesia; pasamos por delante de una nave de ovejas, custodiada por unos perros bastante ruidosos, y subimos después por el puente que cruza la autovía. El camino nos conduce hasta Gomezserracín atravesando pinares y campos de cultivo en los que, a medida que nos acercamos a este último pueblo, el regadío se va haciendo más frecuente. Entramos  en Gomezserracín por la calle Pinarejos y tendremos como referencia la espadaña de la iglesia, hacia la que nos dirigiremos pasando por la calle Heras hasta una calle que todavía conserva el nombre de “Generalísimo Franco” y tras ésta la plaza Rufino Cano, lugar en el que haremos otra parada.

 

PARADA Nº 3: IGLESIA DE GOMEZSERRACÍN (KM 15,8)

 

Es la iglesia un edificio sencillo, de planta rectangular y cabecera cuadrada. En su construcción de sus muros se empleó mampostería de piedra caliza con refuerzos de ladrillo en ángulos, arcos y en un contrafuerte exterior. Sobre el tejado se yergue una airosa espadaña realizada también en ladrillo y que las cigüeñas aprovechan para levantar sus nidos. En el cuerpo inferior de la espadaña, dos vanos coronados con arcos de medio punto albergan las campanas; por encima hay otro cuerpo más estrecho, en el que se abre otro vano y como remate, sobre este segundo cuerpo se levanta un frontón triangular. Tanto los cuerpos como el frontón triangular de la espadaña están flanqueados por formas piramidales rematadas por bolas.

 

En el muro sur se abre la puerta de acceso con arcos de ladrillo cegados a ambos lados, que en tiempos pudieron formar parte de un pórtico abierto. En el interior, es de destacar el vistoso artesonado mudéjar, uno de los muchos ejemplos de este estilo que hay en la comarca y que es un reflejo de que en la zona hubo un importante foco de población musulmana hasta su expulsión de la Península. 

Fig. 10 y 11. Iglesia de Gomezserracín.

Fig. 12, 13 y 14. Letreros de calles de Gomezserracín. 

Fig. 15 y 16. Casas de adobe. Gomezserracín.

Fig. 17, 18 y 19. Edificio de adobe. Crucero de la salida por la calle Campo de Cuélar. Crucero del cementerio. Gomezserracín.

 

Desde la iglesia pasamos por la puerta del Ayuntamiento, situado en una plaza en la que volvemos a encontrar otro nombre muy relacionado con el régimen franquista: Defensores del Alcázar de Toledo. (Hecho este recorrido en mayo de 2017, la Calle del Generalísimo Franco había cambiado su nombre por el de Calle Sur y la Plaza de los Defensores del Alcázar de Toledo se ha convertido ahora en la Plaza de los Caños)

 

Tomamos la calle Doctor Redonet y su prolongación por la calle Campo de Cuéllar, por la que salimos de Gomezserracín a través de un camino que atraviesa la carretera SG-333; después de cruzarla nos desviamos a mano izquierda  por el camino que discurre en paralelo y nos vamos encontrando con multitud de pozos con los que se riegan las productivas huertas. Toda la comarca tiene el agua subterránea a poca profundidad y para extraerla se excavaron pozos en los que colaboraban familiares y amigos; los pozos se cierran con un anillo de ladrillo para evitar que las paredes arenosas lleguen a derrumbarse.

Fig. 20 y 21. Brocal de un pozo. Vértice geodésico.

 

Este camino entre huertas desemboca en otro camino más ancho por el que nos desviamos  a la derecha; siguiendo por él llegaremos al kilómetro 19,5 de la salida donde se encuentra un vértice geodésico que sorprende por no estar enclavado en un lugar elevado. Volviendo sobre nuestros pasos unos pocos metros nos conducimos por un camino a lo largo de 1 kilómetro y que en algunos puntos tiene acumulaciones de arena que dificultan la conducción en bicicleta. A través de otro camino que lleva hasta Campo de Cuéllar nos desviamos hasta la ermita del Santo Cristo de San Mamés, ubicada en un pequeño cerro y donde se puede efectuar una nueva parada.

 

PARADA Nº 4: ERMITA DE SAN MAMÉS (KM 21)

 

 

El edificio se corresponde con la cabecera de una iglesia que hubo en un antiguo poblado llamado Pelegudos y que se sitúa en el término de Campo de Cuéllar. Este templo fue construido en los siglos XII-XIII en estilo románico mudéjar y guarda ciertos lazos con las iglesias mudéjares de Cuéllar y la iglesia de Samboal. El cuerpo del edificio acabó por derrumbarse y solamente quedó en pie la cabecera, que en la actualidad se cierra al nivel del arco de triunfo con un muro de mampostería en el que se abre la puerta de acceso protegida por un tejadillo. La cabecera se compone de un tramo recto del presbiterio y el tramo semicircular del ábside; éste se divide en tres cuerpos, los inferiores con arquerías de ladrillo ciegas y el cuerpo superior con casetones rectangulares, sobre los que se disponen tres filas de ladrillos a modo de canecillos del alero.

Fig. 20 y 21. Arco triunfal del presbiterio. Cabecera. Ermita de San Mamés.

Desde la ermita tomamos el camino en dirección a Campo de Cuéllar, lugar que dista a unos 800 metros de la ermita de San Mamés.

 

PARADA Nº 5: CAMPO DE CUÉLLAR (KM 21,8)

  

Antes de entrar al pueblo vemos un primer palomar de planta octogonal. Pocos pueblos de Segovia encontraremos con el número de palomares que se conservan en Campo. Este tipo de construcciones era más frecuente en una economía tradicional en la que además de la cría de pichones se obtenía palomina, un abono muy apreciado. Este palomar en concreto, es una construcción de adobe, utilizándose el ladrillo en los ángulos del octógono, en el vano de la puerta y en el alero.

Fig. 24 y 25. Palomar de planta octogonal. Laguna Herrera. Campo de Cuéllar

 

 

En esta entrada a Campo de Cuéllar, además del cementerio, nos encontramos con la laguna Herrera, uno de los múltiples ejemplos de lavajos o bodones en la comarca y donde retozaban y se criaban durante el día los parros que luego pernoctaban en los corrales. Vamos por el camino que bordea la laguna para llegar hasta la plaza del Ayuntamiento por la calle Calvario. Enlaza con la plaza la cabecera plana de la iglesia parroquial, sencillo y poco llamativo edificio de tres naves, que custodia en su interior un admirable artesonado mudéjar. Junto a la cabecera de la iglesia se alza el tronco seco de un olmo que tiene hueco su interior y en el que ha crecido una acacia. 

Fig. 26 y 27. Plaza Mayor. Palomar de planta circular. Campo de Cuéllar.

 

Proseguimos por la calle Fuente y a continuación por el camino de Chañe  nos saca hasta las afueras del pueblo donde podremos ver nuevos palomares; uno de ellos, en la travesía de Chañe está dentro de una finca rodeada por una tapia, y es de planta circular con contrafuertes que refuerzan los muros; otros dos más están ya fuera del casco urbano, uno de planta rectangular y otro de planta poligonal. 

 

Proseguimos a la derecha por la calle Procesiones Largas y después por la calle Lavadero Viejo para llegar a la calle Segovia y en ella, tras las tapias de otra finca, se encuentra un nuevo palomar, éste en estado ruinoso, pero interesante de ver porque deja al descubierto los nidales de adobe donde se criaban los pichones y el armazón de madera del tejado.

Fig. 28 y 29. Palomares. Campo de Cuéllar.

 

Saldremos de Campo por la calle Chatún, que llega hasta la carretera SG-333 por la que cruzamos para pasar al camino que nos llevará hasta el pueblo que da nombre a esa calle. Después de recorrer 2 kilómetros  de este camino donde la tierra pasa a convertirse en asfalto que lleva hasta la carretera SG-V-3332, por la que entramos a Chatún y nos desviamos por la primera calle que se abre a mano derecha para llegar hasta la iglesia, lugar de la siguiente parada.

 

PARADA Nº 6: CHATÚN (KM 25,8)

 

La iglesia de San Andrés de Chatún es de tamaño reducido y planta rectangular. En su exterior se puede destacar su espadaña de ladrillo, muy semejante a la vista en Gomezserracín. La portada de acceso es de ladrillo que se cierra con un arco escarzano, flanqueado por un arco de medio punto cegado a cada lado, que pudieron haber formado parte de un pórtico abierto. En el interior volvemos a encontrar una interesante labor mudéjar, tanto en el artesonado como en el coro, que no desmerece a lo visto en las iglesias de Gomezserracín o en la de Campo.

 

Desde la plaza de la iglesia podemos dirigirnos por la Plaza Mayor, la calle de Gomezserracín y la calle de Oriente hasta el comienzo de la calle Senderillo, donde  puede contemplarse un palomar de planta circular, del que ya se ha hundido una parte del tejado y el muro de adobe que hay sobre la puerta de entrada está a punto de derrumbarse. Si nadie lo remedia, este palomar será otro edificio más que cae en el abandono.

Fig. 30 y 31. Iglesia parroquial. Palomar. Chatún.

 

De la calle Senderillo se toma la calle Molineros, que conduce hasta la Plaza Sur y saldemos a través de la Calle Samboal por la carretera que nos llevará hasta la ermita de San Benito; desde las últimas casas de Chatún, se hacen 1,5 kilómetros entre campos de cultivo, para después adentrarnos en el pinar otros 2,5 kilómetros y desviarnos por el camino que sale a la izquierda.

 

PARADA Nº 7: ERMITA DE SAN BENITO DE GALLEGOS (KM 30,2)

 

 

Junto a la actual ermita, nos encontramos un espacio recreativo acondicionado como merendero, con columpios, mesas y asadores de obra para hacer parrilladas. Por aquí hubo un caserío, llamado Gallegos y próximo a él existió una antigua ermita en la que se organizaban las celebraciones de la Comunidad de propietarios que gestionaba los pinares, las tierras de labor y los prados comunales. A mediados del siglo XX se construyó la ermita actual, edificio de ladrillo en un estilo neomudéjar que no reviste especial interés artístico. Anualmente se celebra una fiesta con romería que organizan por turno rotativo cada uno de los ocho pueblos del Carracillo que forman parte de la Comunidad de San Benito: Chatún (que es el pueblo en cuyo término municipal está la ermita), Pinarejos, Gomezserracín, Campo de Cuéllar, Arroyo de Cuéllar, Chañe, Narros y San Martín y Mudrián.

Fig. 32 y 33. Ermita de San Benito de Gallegos. Laguna junto a la ermita.

 

Próxima a la ermita se sitúa una laguna que mantiene el agua durante todo el año y que muestra características semejantes a las que nos vamos encontrando en Tierra de Pinares.

Regresamos a la carretera en dirección a Mudrián y recorridos otros 2 kilómetros nos encontraremos otra pequeña laguna; poco después, pasamos el puente sobre el arroyo Malucas y nos desviamos por el camino que sale a mano izquierda en paralelo a ese arroyo durante un kilómetro; nos desviamos a mano izquierda por  un camino más ancho y cien metros después por el camino que sale a la derecha; este camino tiene un tramo de medio kilómetro bastante arenoso y que convierte en un reto el poder mantenerse sobre la bicicleta. Llegamos  a San Martín, donde realizaremos la siguiente parada.

 

PARADA Nº 8: SAN MARTÍN (KM 35,4)

 

 

En el caserío de San Martín hay abundantes muestras de edificios de adobe a medio derruir o derruidos del todo. Sobre el resto de las edificaciones se destaca su iglesia parroquial, consagrada a San Martín de Tours, santo que da el nombre a la localidad. Esta iglesia es gemela a la que encontraremos en Mudrián y los mismos albañiles pudieron realizar los dos edificios a mediados del siglo XVIII, siendo construida la iglesia de San Martín una vez acabada la de Mudrián. La estructura de los dos templos es similar, con planta de cruz latina, cabecera plana y en el alzado se levanta un cimborrio cuadrangular poco elevado y una espadaña a los pies. El ladrillo se utiliza en las esquinas de los muros, los ángulos de las ventanas, el arco de la portada y las molduras de cuarto bocel de los aleros del tejado. Sobre el arco de la puerta de acceso hay una hornacina que seguramente acogería una pequeña imagen. La iglesia de San Martín tiene un cuerpo más corto (con sólo tres ventanales) y una espadaña más pequeña, pero tiene un cimborrio algo más elevado que la de Mudrián. Frente a la portada hay un crucero del siglo XVI, labrado en piedra, y que estaría ya delante de otra iglesia anterior.  

Fig. 34 y 35. Pequeño edificio de adobe. Iglesia parroquial. San Martín

 

 

Al otro lado de la iglesia está la laguna de las Adoberas, lugar en el que durante siglos se fue extrayendo el barro necesario para fabricar los adobes que levantaron la mayor parte de los muros de los edificios del pueblo.

Fig. 36 y 37. Laguna de las Adoberas. Fuente. San Martín.

 

Desde la iglesia seguimos recto para  llegar al antiguo lavadero y en el camino nos encontramos con la fuente en la que se acarreaba el agua con cántaros cuando las casa aún no disponían de agua corriente; esta fuente de dos pilas permitía a través de sus espitas poder recoger el agua con dos cántaros a la vez. Un poquito más abajo se encuentra el pilón que servía de abrevadero al ganado. El lavadero donde en  el pasado se hacía la colada es un edificio que ha sido restaurado, y aprovechaba el agua que llegaba desde el arroyo Malucas.

 

Llegamos hasta la carretera de Pinarejos, pero la cogemos en dirección a Mudrián; a 500 metros de haber salido del pueblo se sitúa la ermita de la Virgen de la Soledad, rodeada por dos de sus lados con los muros del cementerio. Delante de la puerta de la ermita hay otro crucero de piedra caliza idéntico al que hemos visto anteriormente en la plaza de la iglesia de San Martín. 

Fig. 38 y 39. Lavadero. Ermita de la Virgen de la Soledad. San Martín.

 

Seguimos por la misma carretera durante un kilómetro más hasta las primeras casas de Mudrián, pueblo al que entramos por la calle Navalmanzano y llegamos hasta la iglesia parroquial.

 

PARADA Nº 9: MUDRIÁN (KM 38)

 

La iglesia de San Bartolomé de Mudrián, como quedó dicho antes, fue construida a mediados del siglo XVIII y sirvió de modelo a la que se construyó en San Martín. Como nota distintiva respecto de esta última, los ventanales de la iglesia de Mudrián tienen un arco de descarga de ladrillo sobre los dinteles, también de ladrillo, y sirven para  reforzar  el muro en los vanos, puntos en los que se puede resentir la solidez de la construcción.

 

Desde la iglesia pasaremos por la Plaza Mayor y por la calle de la Fuente, llamada así precisamente por la existencia de la fuente en la que se recogía agua potable; la fuente está rodeada por un pretil y tiene un escalón por el que se bajaba para depositar el cántaro en uno de los dos agujeros que hay en el suelo para poder rellenarlo; tras la fuente hay un pilón que se utilizaba para abrevar al ganado y que, según reza su inscripción, se realizó en 1928. 

Fig. 40 y 41. Iglesia parroquial. Fuente. Mudrián.

 

 

Saldremos de Mudrián por la calle de la Fuente y tras adentrarnos en el pinar pasamos por la puerta de la empresa en la que se producen unas famosas tortillas precocinadas; la carretera da paso a un ancho y recto camino de tierra por el llegaremos hasta otra vía asfaltada que llevará hasta la carretera SG-332. Cruzando esta carretera llegaremos al camino que transita por el pinar de Temeroso. En los últimos 12 kilómetros de esta ruta haremos el recorrido inverso al efectuado en la ruta nº 9 que lleva hasta Samboal.

Fig. 42. Cruce de la carretera de Navas de Oro.

 

En Wikiloc puedes encontrar este recorrido en la siguiente dirección:

http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11905027

 

 

MAPA DE LA RUTA Nº 10
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