RUTA Nº 11: ALDEA REAL-ESCALONA-OTONES-CABALLAR-TORREIGLESIAS-CABALLAR-TURÉGANO-EL SEQUERO-LAS FUENTES-FUENTEPELAYO

Fig. 1. Mapa de la ruta nº11

Fig. 2. Perfil de la ruta nº 11  

 

El comienzo de esta ruta coincide con el de la de Villovela hasta Escalona del Prado y con la de Covatillas hasta la iglesia de Torreiglesias y que se corresponde con el kilómetro 19,5.

 

   KM 0: Salimos de la Plaza Mayor por la calle de Aldea Real que se prolonga  hasta la carretera que conduce hasta el pueblo que da nombre a esa calle. La carretera discurre entre campos de secano y alguna parcela de regadío. Antes de llegar a Aldea Real dejamos a un lado la pequeña ermita del Humilladero, junto a la que se sitúa el cementerio; ya en el pueblo, y en el cruce de la carretera SG-211, nos desviamos a la izquierda, llegando Plaza Mayor en la que haremos la primera parada.

 

PARADA Nº 1: IGLESIA DE ALDEA REAL (KM 3,750)

 

El espacio de la Plaza Mayor es muy amplio, y en él nos encontramos una fuente, columpios y una zona ajardinada. Separados por la carretera tenemos dos edificios porticados: el ayuntamiento y la iglesia. El edificio más destacado es la iglesia de San Juan Bautista, que se levanta en el punto más elevado del casco urbano; es de origen románico y de su antigua fábrica se conserva la torre campanario y, posiblemente,  la portada del pórtico con triple arcada de ladrillo ;  el cuerpo del edificio fue ampliado en el siglo XVI, en estilo gótico tardío, visible en las bóvedas de terceletes de su interior; como curiosidad, se puede destacar que es una de las pocas iglesias que  tiene dos naves, separadas éstas por grandes arcos de medio punto. A lo largo del pueblo podemos ver numerosas casas de tipología tradicional semejantes a las mencionadas en el recorrido por Pinarnegrillo.

  

Fig. 3. Ayuntamiento de Aldea Real.

Fig. 4. Iglesia de San Juan Bautista, Aldea Real.

 

 

Por el lado norte de la iglesia discurre la carretera que nos llevará hasta Escalona del Prado, con un firme poco recomendable para ir en coche, pero los baches no son mayor inconveniente para la bicicleta. Tras recorrer unos 3,5 kilómetros por esta carretera llegamos a unas naves ganaderas a uno y otro lado, tras las cuales encontramos un cruce de carretera en el que nos desviamos a la derecha  hasta llegar al cementerio y a la ermita de la Virgen de la Cruz, lugar donde, según la leyenda, se apareció la Virgen a una joven de Escalona. Girando en ángulo recto a la izquierda y a unos 300 metros de la ermita haremos la segunda parada en el centro del pueblo.

Fig. 5. Ermita de la Virgen de la Cruz, Escalona del Prado.

 

PARADA N º 2: PLAZA DE ESCALONA DEL PRADO (KM 8,1)

 

 

En la Plaza Mayor de Escalona del Prado nos encontramos el Ayuntamiento, la iglesia de San Zoilo y una casa señorial.  El Ayuntamiento tiene un pórtico con cuatro columnas compuestas, con basa y moldura cúbica en el fuste, en el piso bajo, y una balconada con dos pies derechos y zapata, en el piso superior; el ayuntamiento tiene su réplica en el pórtico de la iglesia parroquial, pero con cinco columnas sobre plinto; el cuerpo de la iglesia es del barroco tardío( siglo XVIII), con planta de cruz latina , realizada en mampostería revocada, con refuerzos de ladrillo visto al exterior en ángulos, contrafuertes, vanos de las ventanas y en los aleros semicirculares; la torre campanario, más antigua, tiene tres cuerpos y un zócalo retranqueados y está realizada en piedra caliza bien escuadrada; frente a la iglesia, una fachada blasonada con escudos a ambos lados de un portón que da paso a un patio  tras el que se encuentra la casa-palacio.

Fig. 6. Ayuntamiento de Escalona del Prado.

Fig. 7 y 8. Fachadas de la iglesia de San Zoilo y de casona blasonada, Escalona del Prado.

 

Saliendo hacia la carretera SG-V- 2213, torcemos a nuestra derecha, para inmediatamente después girar por la calle Honda (la primera  que encontramos a nuestra izquierda), calle que se prolonga hasta un camino que conduce hasta Turégano; este camino tiene firme asfaltado en su primer tramo y tras recorrer 300 metros por este camino asfaltado, seguimos recto por un camino de tierra y tras realizar algo más de un kilómetro  desde que dejamos atrás la plaza de Escalona dejamos a la derecha una nave ganadera y el lavajo representado en el mapa en el paraje nombrado como Navagrande; hacemos el mismo recorrido que en la ruta nº 4 hasta el kilómetro 9,3, y en vez de girar a la derecha  seguimos recto por el mismo camino sin desviarnos. Hacemos unos 1,7 kilómetros más en suave subida desde el cruce y cogemos el camino que sale a nuestra derecha; 300 metros después nos desviamos ahora a la izquierda, por el Camino de Enmedio (así señalado en el mapa); yendo cuesta arriba, llegamos hasta una nave de ganado vacuno con una balsa que está en lo alto de una loma; desde allí ya se vislumbra el casco urbano de Otones y, por un camino  menos cuidado, tras hacer 2 kilómetros desde la nave ganadera llegamos hasta el cruce con la carretera de Aranda. Cruzando la vía CL-603 subimos recto la cuesta arriba un kilómetro más por la carretera SG-2223 y llegamos a Otones de Benjumea; desviándonos a la derecha, después de pasar por una báscula para camiones, encontramos una pequeña laguna rodeada por una valla de madera donde podremos realizar la tercera parada (las dos primeras paradas son las mismas que estaban propuestas en la ruta nº 4).

 

 PARADA Nº 3: OTONES DE BENJUMEA (KM 15,1)

 

 Además de lugar de descanso, podemos contemplar el paisaje que se abre hacia el norte, con los diversos otones (oteros) que salpican los alrededores del  pueblo.

Fig. 9 y 10. Charca. Casa del Marqués, Otones de Benjumea.

 

A pesar de ser un pueblo muy pequeño (apenas tiene censados  75 habitantes), tiene abiertos dos museos, lo que nos habla del mérito de las personas encargadas de  la obtención del material del museo y de su mantenimiento, teniendo en cuenta que su tiempo y sus desvelos se dedican sin pedir ninguna compensación económica a los visitantes. Uno de los museos, denominado “La Última Escuela”,  se basa en la recreación de una escuela rural (ocupando el mismo espacio que cumplió esa función) tal y como se organizaba en los años 60 y 70 del siglo XX; además se expone un amplio conjunto de material escolar, diversos juegos y juguetes  infantiles. El Museo Etnográfico se encuentra en la planta superior de otro edificio (la Casa del Marqués),  y en él se exponen multitud de objetos representativos de los oficios tradicionales (agricultura, ganadería, albañilería, herrería,… ), así como los enseres domésticos de la vida cotidiana de los siglos XIX y XX, característicos del medio rural.

Otones estaba poblado hasta los año 20 del siglo pasado por colonos que trabajaban en  las “tierras del marqués”;  con la adopción de un plan de colonización se dividió el término en lotes que compraron los vecinos, que así se convirtieron en los nuevos propietarios y el pueblo pasó a tener ayuntamiento propio. Por ser Luis Benjumea el Director General  del proyecto de colonización se añadió su apellido al nombre del pueblo a modo de homenaje.

 

En lo alto de pueblo se sitúa la iglesia parroquial de San Benito, que en un principio fue una pequeña capilla con espadaña que se amplió en el siglo XIX; el edificio se compone de dos tramos: la cabecera, más ancha y de planta cuadrada, y una nave alargada que se remata hacia el oeste con una espadaña  de dos vanos rematados con arcos de medio punto en los que se sitúan las campanas.

Fig. 11. Iglesia de San Benito Abad, Otones de Benjumea.

En el verano de 2012, en una finca vallada situada al lado de la iglesia, unos borriquillos se aproximaban a saludar a los que allí se acercaban. También en Otones, llama la atención un corral con una pared de entramado, con un singular y hábil armazón de madera  y de adobes dispuestos en  espina de pez.

Fig. 12 y 13. Borrricos en un cercado. Pared con entramado de madera y adobe, Otones de Benjumea.

 

Siguiendo por la carretera, salimos de Otones en dirección sur; junto al frontón podemos ver otra lagunilla rodeada de una cerca de madera de similares características a las que vimos en la entrada  del pueblo; dejadas atrás las últimas casas, después de una cuesta muy pronunciada, la misma carretera nos conduce hasta Torreiglesias, tras recorrer 4 kilómetros más. Entramos en Torreiglesias por la calle de Otones y entre los primeros edificios encontramos una casa un tanto particular; semejando ser un molino de viento, con un cuerpo cilíndrico y unas pequeñas aspas metálicas, encontramos esta simpática estampa, pero un poco estrafalaria, pues nada tiene que ver con los edificios próximos,de tipología tradicional; las figuras de chapa de Don Quijote y Sancho asomadas al balcón nos dan la bienvenida. Tomando a la izquierda la calle de la Fuente nos dirigimos hasta la iglesia parroquial.

Fig. 14. Casa imitación de molino manchego. Torreiglesias. 

 

PARADA Nº 4: IGLESIA DE LA ASUNCIÓN. TORREIGLESIAS. (KM 19,6)

Fig. nº 15. Iglesia de la Asunción. Torreiglesias.

 

El templo parroquial de Torreiglesias es de origen románico y es una de las joyas escondidas de este estilo que sorprende descubrir; en sus inmediaciones se han localizado restos de una antigua villa tardorromana, lo que indicaría que esta localidad ha tenido una continuidad como lugar habitado desde tiempos inmemoriales. La torre de la iglesia (que da nombre a la localidad) se levanta sobre  un zócalo y tiene cuatro cuerpos que se van retranqueando ligeramente hasta el alero del tejado, cubierto éste con pizarra. Al lado de la torre  se sitúa un ábside románico con tres ventanales rematados con un arco de medio punto sobre capiteles con elementos  figurativos que entremezclan motivos vegetales y animales fantásticos. En el alero del tejado, entre los canecillos, aparecen metopas con motivos como lazos y flores.

Fig. nº 16, 17 y 18. Abside. Capitel del abside. Figura incrustada en el muro sur. Iglesia de la Asunción. Torreiglesias.

Fig. 19 y 20. Aleros de la iglesia de la Asunción. Torreiglesias.

 

Si tenemos oportunidad no debemos perdernos la espectacular portada sur del templo, escondida tras un pórtico cegado. Presenta cinco arquivoltas, las de los extremos y la central tienen decoración escultórica, mientras que las otras dos son de baquetón. En la arquivolta inferior y en la central se repiten elementos florales. La arquivolta más destacada es la exterior, donde una serie de animales (burros, cerdos, serpientes, aves,…) , figuras humanas y seres fantásticos (sirenas, centauros, grifos) se entremezclan formando una enmarañada procesión. Bordeando esta  arquivolta se sitúa una chambrana ajedrezada. Los capiteles que sujetan las arquivoltas de baquetón se decoran con grifos y leones enfrentados y uno de ellos con dos demonios que agarran a una figura humana.

  

Saldremos de Torreiglesias por la calle que lleva hasta la carretera SG-V-2223 y pasamos al otro lado de ésta por un camino poco transitado y con abundante maleza; al lado del camino se van sucediendo las cruces de piedra del calvario a lo largo de medio kilómetro. Al llegar hasta un nuevo camino haremos un quiebro, primero desviándonos a la derecha e inmediatamente después seguimos por el camino que sale a la izquierda; llegaremos a una bifurcación y seguiremos por el camino de la izquierda, cruzando un paso canadiense de una zona de pastos, denominada Dehesa de la Parte, que está rodeada por una cerca para evitar que se pueda dispersar el ganado vacuno. En esta zona se pueden ver abundantes afloramientos de rocas graníticas. Yendo recto por ese camino durante 2,3 kilómetros cruzaremos la carretera que va de Carrascal a Turégano y a medida que nos vamos acercando a Caballar cerros y lastras con cuestas arenosas van apareciendo en el paisaje;  al llegar a una curva, a otros 2,3  kilómetros de la carretera de Carrascal, tomaremos un camino que sale a la derecha y después una desviación a la izquierda marcada por un señal de madera que indica la situación a la Fuente Santa y que nos lleva hasta el lugar donde se encuentra la ermita rodeada por un muro de piedra, donde efectuaremos una nueva parada.

Fig. 21 y 22. Cruces de piedra del camino de Torreiglesias. Afloramientos graníticos en la Dehesa de la Parte.

 

PARADA Nº 5: ERMITA DE LA FUENTE SANTA (KM 25,2)

Según la tradición, en este bucólico lugar entre nogales mana una fuente donde se encontraron las cabezas de San Valentín y Santa Engracia, que habían sido decapitados por los musulmanes. Estos dos personajes eran hermanos de San Frutos y vivían juntos en las inmediaciones de las hoces del Duratón. Cuando murió San Frutos, sus hermanos se retiraron a Caballar, donde fueron degollados. La fuente se ha cubierto con una bóveda y tiene sus laterales cerrados con una reja de hierro.

 

Aquí es donde tiene lugar el rito conocido con el nombre de las Mojadas, ceremonia ancestral que tiene lugar en situaciones de extrema sequía para rogar agua al cielo para los campos, pues existía la creencia de que las reliquias tenían esa cualidad milagrosa; la rogativa se celebra en presencia de autoridades y pendones de los pueblos de la comarca y se sumergen por tres veces las calaveras de San Valentín y de Santa Engracia. La última mojada se celebró en mayo de1992, ocasión en la se congregaron numerosas personas en los prados que rodean la Fuente Santa. Al lado de la fuente se yergue una sencilla ermita de planta rectangular que tiene un tejadillo que protege la puerta de acceso. 

Fig. 23 y 24. Ermita y Fuente Santa. Ruinas de la ermita de San Frutos. Caballar.

Salimos del cercado de piedra y llegamos al camino que habíamos dejado anteriormente, y dirigiéndonos hacia Caballar, nos encontramos a pocos metros a la derecha con las ruinas de la ermita de San Frutos, y llegaremos al pueblo después de cruzar el paso sobre el arroyo del Horco.

Se puede llegar hasta otra fuente muy particular, y que en el mapa de la ruta aparece ese recorrido con un trazo amarillo.  Al llegar a Caballar nos tendríamos que dirigir a la derecha hasta la carretera SG-V-2362, en dirección a La Cuesta, y justo antes de la curva nos desviaríamos a la izquierda por el camino sigue la estela del arroyo del Horco teniendo siempre a la vista su alameda. Recorrido 1 kilómetro por este camino llegaremos hasta la Fuente Redonda, ejemplo de manantial que brota  entre en un roquedo calcáreo, como sucede también en la ruta de Covatillas. Conocida también como “La Sartén”, esta fuente es una surgencia remarcada con una pared de forma cilíndrica en forma de pozo que se continúa con un canal de paredes paralelas. El agua de la fuente ha sido aprovechada para el riego de las huertas de las laderas del valle; en él puede disfrutarse de un apacible paisaje en el que se conjuntan los estratos calizos con ejemplos de karstificación, alamedas y bancales de piedra para facilitar el cultivo en ladera de árboles frutales y hortalizas.

Fig. 25 y 26. Fuente Redonda. Ángulo suroeste de la iglesia de La Asunción. Caballar.

PARADA Nº 6: CABALLAR (KM 26)

Caballar es un pueblo situado en la rampa que pone en contacto la sierra con el llano; esta circunstancia explica la particularidad de ser uno de los lugares de la provincia donde tradicionalmente se producía una mayor variedad de fruta. Los edificios de Caballar se disponen longitudinalmente a lo largo de la carretera de La Cuesta; una vez que llegamos a esta carretera nos dirigimos a la iglesia parroquial, situada en la parte más elevada del pueblo.

 

La iglesia de la Asunción es un edificio románico empezado a construir en el siglo XIII y conserva la estructura básica de aquella época. Fue proyectada con nave única y un pórtico lateral, que se encuentra cegado y con entrada por la puerta sur; del pórtico antiguo solo conserva dos arcos del muro oeste. La portada principal es la del lado norte, que contiene  decoración vegetal y geométrica de sus arquivoltas e impostas; en el capitel derecho se muestran animales confrontados y en el capitel izquierdo lo que parecen unos discos solares. La cabecera se compone de un ábside semicircular, en el que se abren tres ventanales entre baquetones lisos, y de un tramo recto. El alero de la nave contiene una franja de decoración vegetal y geométrica (flores de cuatro pétalos inscritas en círculos) y los canecillos situados bajo esa franja  tienen un interesante repertorio figurativo. 

Fig. 26 y 27. Ábside y portada de la iglesia de La Asunción. Caballar.

Fig. 28 y 29. Alero. Detalle de capitel y dovelas de la portada. Iglesia de la Asunción.

 

La torre campanario se encuentra adosada al muro sur y se compone de dos cuerpos; el cuerpo inferior es de mampostería con sillares esquineros; en el superior, de sillería, se abre un ventanal en cada cara con columnas y capiteles de decoración vegetal que sostienen un baquetón semicircular entre arquivoltas lisas. El interior de la iglesia se cubre por entero en piedra, con bóveda de cañón reforzada con arcos fajones en la nave y bóveda de horno en el ábside. En un relicario de plata se guardan en la iglesia los cráneos de Santa Engracia y San Valentín, de los que se habló en la parada anterior.

Fig. 30 y 31. Potro de herrar. Casa blasonada. Caballar

Sin salir del pueblo podemos ver un potro de herrar con postes monolíticos de granito desde la carretera SG- 2362 y, un poquito más escondida, podemos encontrar una casa blasonada de la fotografía. Saldremos de Caballar por la carretera SG–2363 que nos llevará hasta Turégano, trayecto desde el que ya se avista su castillo. Al llegar al final de la carretera de Caballar entramos en el casco urbano de Turégano y nos desviamos por la calle Cristo de la Calzada hasta llegar a la Plaza Mayor, lugar en el que efectuaremos la siguiente parada.

PARADA Nº 7: TURÉGANO (KM 32)

Poco antes de llegar a la Plaza de Turégano, en paralelo al arroyo Valseco en su confluencia con el arroyo de las Mulas encontramos ejemplos de arquitectura popular en varias casas, con postes de madera oblicuos que se utilizan como soportes del piso superior o balconada en saledizo.

Fig. 32 y 33. Balconadas sobre el arroyo Valseco. Soportales de la Plaza España. Turégano.

La villa de Turégano es una de las localidades castellanas de mayor importancia histórica, tanto en el ámbito  político como en el religioso, durante la Baja Edad Media y comienzos de la Edad Moderna y poseedora, además, de un rico patrimonio artístico. Su plaza mayor recibe el nombre de Plaza de España y se conoce también como la “Plaza de los cien postes”; conserva sus soportales en casi todo el perímetro, y con el castillo de fondo constituye la estampa más reconocible del pueblo. En el pasado, el tamaño de la plaza era mayor, pues el extremo sur llegaba hasta la iglesia y el palacio episcopal. En este espacio público se sitúan el Ayuntamiento, los comercios y restaurantes más concurridos, tiene lugar el mercado semanal y la feria de maquinaria agrícola en la que se ha reconvertido la antigua feria de ganado y se sigue montando un tablado de madera para celebrar sus festejos taurinos. La mayoría de los soportales se componen de pilares y zapatas de piedra que sujetan una viga de madera arquitrabada en la que se asientan las vigas de los pisos superiores de los edificios. En el Ayuntamiento y el edificio donde se sitúa una ferretería  el arquitrabe es sustituido por arcos de medio punto.

 

En las inmediaciones de la Plaza de España encontramos otros puntos que merece la pena recorrer; próxima a la plaza se encuentra la iglesia parroquial bajo la advocación de Santiago Apóstol. Este templo del siglo XII tiene un origen en estilo románico, pero solo conserva el ábside semicircular y el tramo recto del presbiterio del antiguo edificio al ser ampliado para aumentar su capacidad. En el ábside se abren tres ventanales con arcos ligeramente apuntados y sostenidos por columnas rematadas con capitel decorativo y cimacio de decoración vegetal que se prolonga a través de la línea de impostas. También se destaca sobre la desnudez de la sillería la franja del alero en el ábside (semejantes a los vistos en la iglesia de Caballar)  y los canecillos figurativos del presbiterio. El interior del templo guardaba una joya de la escultura románica escondida tras el altar barroco entre los arcos interiores del ábside; hace unos años se descubrieron los dos paneles de piedra, uno con la imagen de Santiago y el otro un Pantocrátor rodeado por los cuatro símbolos de los evangelistas sobre dos bandas de personajes. Los paneles conservan en buen estado los restos de pintura que recubrían estas figuras. 

Fig. 34 y 35. Fachada sur. Ábside. Iglesia de Santiago. Turégano.

Fig. 36, 37 y 38. Capiteles del ábside de la iglesia de Santiago. Turégano.

Frente a la puerta de acceso a la iglesia podemos encontrar uno de los cuatro pilones de piedra que se mantienen en la localidad, donde se recogía el agua en cántaros para uso doméstico y se usaba como abrevadero para los animales, también  a los que se traían a la famosa feria de ganado de San Andrés. Este pilón es el más significativo y data, según reza su inscripción de 1781, en tiempos del reinado de Carlos III.

 

Doblando la esquina y a unos pocos metros del pilón, en la calle Cardenal Miranda, nos encontramos con la sencilla fachada del edificio de la antigua sinagoga de Turégano, situada en el barrio donde se asentaba una importante comunidad judía.

Fig. 39 y 40. Pilón de la Plaza de Santiago. Fachada de la antigua sinagoga. Turégano.

Frente al ábside de la iglesia de Santiago nos encontramos con un edificio que fue palacio episcopal, construido a mediados del siglo XVIII y que muestra el escudo de armas del obispo, en el que se basa el de la propia localidad. Este edificio era una de las residencias del obispo y su fachada principal, mucho más amplia que la actual, formaba parte de la cara sur de la Plaza.

 

Dando la vuelta a la iglesia hasta la calle Real, y acompañados por el aroma irresistible de la panadería situada en el edificio contiguo, nos encontramos con la fachada del palacio de Miñano. Este palacio también tenía una extensión mucho mayor de lo que se supone por su fachada actual, que se compone de una portada de medio punto enmarcado en un alfiz entre columnas adosadas y rematado por un frontón triangular con un escudo de armas en su centro; interesante es el balcón esquinero que se encuentra cegado. En el acondicionamiento  del edificio para viviendas se realizaron varías tropelías, abriendo en su fachada una ventana y un balcón sin respetar los sillares originales y se taponó parte de la puerta de acceso. 

Fig. 41 y 42. Palacio Episcopal. Palacio de Miñano. Turégano

 

Volvemos a la Plaza de España hacia la salida por su extremo norte y, remontando unos metros el empedrado de la calle, llegamos hasta las escalerillas por las que se llega a pie hasta las puertas del castillo de Turégano. El emplazamiento donde se sitúa el castillo ya fue utilizado con fines defensivos desde tiempos muy remotos, pues parece que aquí ya se situaba un castro prerromano. La actual fortaleza se remonta al siglo XII y el amurallamiento se completó en el siglo XV. Posteriormente, a comienzos del siglo XVIII, se añadió la espadaña que culmina la construcción.

Fig. 43 y 44. Entrada principal. Vista de la cara norte con restos de los torreones de la cerca exterior. Castillo de turégano

Los lienzos del castillo pueden compararse a un cofre donde se guardasen las joyas. El tesoro vendría a ser la iglesia de San Miguel, edificio románico de tres naves encajado en los muros de la muralla, comenzado a construirse en el siglo XII y que conserva las bóvedas de cañón apuntadas en sus cubiertas. La iglesia se protege con un primer recinto amurallado, del que sobresalen seis torres cilíndricas, dos de ellas enmarcando la portada sur de la iglesia. Las tres naves de la iglesia se prolongan al exterior con dos torres rectangulares entre las que se levanta la torre del homenaje cuadrangular de mayor altura; ésta se levanta sobre el cimborrio y el ábside de la iglesia románica. Los tres volúmenes tienen los ángulos redondeados y remate almenado sobre matacán, que en el caso de la torre del homenaje no se ha conservado. Las tres torres forman parte de la zona residencial del castillo y están comunicadas entre sí para c complicar las operaciones de asalto en el interior del edificio. Un segundo recinto amurallado, donde se sitúa la puerta de acceso desde el exterior, tiene los muros más bajos y se protege en los ángulos por torres cilíndricas. Una tercera cerca, quizá de origen musulmán, está muy deteriorada al estar construida con materiales más deleznables, especialmente calicanto, con tapial y cantos rodados de relleno, quedando en pie algunos torreones medio derruidos.

Dando la vuelta al castillo volvemos a Turégano por la carretera CL-603, nos desviamos a la derecha antes de llegar al empedrado de adoquín y continuamos por la calle Laderas y su la prolongación por la calle Callejas, pasando por el puente sobre el arroyo de las Mulas, lugar donde abundan los pequeños huertos. Volvemos a desviarnos a la derecha y sin llegar a la carretera SG-222 salimos por la calle Adelantado de Segovia que nos llevará hasta los campos de fútbol y las piscinas; unos metros antes de llegar a esta zona deportiva podemos ver desde la calle una tapia3 de piedra y tras ella un caserón que en tiempos estuvo rodeado de zonas ajardinadas y de árboles frutales, y utilizada como  zona de recreo del obispo, que tenía aquí su residencia de verano. La calle asfaltada se continúa con un camino de tierra que nos llevará hasta el Museo Forestal, situada a  3 km de las piscinas de Turégano.

PARADA Nº 8: MUSEO FORESTAL DE TURÉGANO (KM 37,8)

 

El edificio fue anteriormente la Casa del Ingeniero y se rehabilitó a comienzos de siglo para adecuarlo como museo en el que se muestran paneles de la flora y fauna de la zona y se explica el procedimiento mediante  el que se aprovechan los montes públicos de pino resinero y se expone distinto instrumental utilizado por los resineros en su trabajo. Para poder ver este museo hay que concertar la visita por teléfono con dos días de antelación.

Fig. 45 y 46. Museo Forestal. Caseta de resineros. Turégano.

Continuaremos por el mismo camino, que mantiene un buen firme y a su lado nos vamos a encontrar con hasta cuatro refugios forestales, casetas usadas principalmente por los resineros para protegerse de las inclemencias del tiempo y para descansar. Cada una de las casetas lleva el nombre de la zona en la que se sitúa: Las Praderas, La Cotera, Carra La Zarza y Garrapinocho.

Recorridos otros 10,5 kilómetros desde el Museo Forestal cruzamos la carretera SG-211; continuamos recto por el camino y nos desviamos a la derecha después de ver la señal que indica la dirección para llegar hasta el paraje de “Las Fuentes”, lugar  de la siguiente parada, que también aparece en la ruta nº 5.

PARADA Nº 9: ÁREA RECREATIVA DE LAS FUENTES (KM 50,6)

 

Este lugar es estupendo para pasar un día agradable, pues está acondicionado con columpios para los niños, mesas y parrillas; en un día de verano es ideal para encontrar allí la frescura y el sosiego en plena naturaleza. Pero el disfrute del entorno puede hacer que pase desapercibido un fenómeno natural sorprendente, que explica por qué brotan aquí manantiales que aportan gran cantidad de agua al Cega. Estas surgencias que aparecen entre los arenales guardan relación con los materiales del estrato inferior, menos porosos que el manto de arena superior. Este estrato inferior es de composición variable (conglomerados, arcillas, areniscas) y, al ser menos permeable que las arenas, permite que el agua escurra entre las zonas de contacto de las capas formando los manantiales donde el recubrimiento arenoso va desapareciendo. A su vez, el estrato sobre el que se asientan las arenas cuaternarias se superponen sobre los materiales impermeables del macizo de Zarzuela, que aflorarán aguas abajo del Cega (como sucede también en las presas de la Ibienza y del molino del Ladrón). La umbría y el frescor que proporcionan las fuentes permiten que los helechos tapicen el suelo del pinar, en vez de otros arbustos más propios de un pinar de clima seco como le correspondería, como las retamas o las jaras.  

Fig. 47 y 48. Surgencia entre las arenas y  helechos entre los pinos. Las Fuentes, Aguilafuente.

En el paraje también existe un colector para abastecer de agua a varios pueblos de la zona (Aguilafuente, Zarzuela del Pinar, Fuentepelayo, Aldea Real, Pinarnegrillo), por tener contaminados sus acuíferos con altos índices de nitritos y de nitratos. En épocas de lluvias abundantes, como ha sucedidio en marzo de 2013, el Cega lleva un agua muy turbia que no reúne las mejores condiciones de potabilidad y los lugareños tienen que echar mano del agua embotellada.

Este lugar está incluido en la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) de las lagunas de Cantalejo, y donde se ha catalogado la presencia de especies tan emblemáticas como el águila imperial ibérica o la cigüeña negra. También nidifican especies como cigüeña común, milano real, milano negro,  águila calzada, águila culebrera, alcaraván, martín pescador,  azores, alcotanes, avefrías,…, lo que le da al lugar un interés añadido por esta riqueza faunística.

Regresamos a la pista forestal en dirección a Zarzuela del Pinar y después de realizar otros 2 kilómetros por esta vía nos desviamos nuevamente a la derecha por antes de que se convierta en un camino impracticable para la bicicleta por la acumulación de arena; no obstante, también encontraremos en este camino un tramo arenoso a lo largo de medio kilómetro. Nos desviaremos a la izquierda al encontrarnos con un camino más ancho, camino que nos llevará hasta la antigua carretera de Aguilafuente a Zarzuela, que conserva parte del antiguo asfaltado. Por esta carretera transitamos durante medio kilómetro y después nos desviamos a la izquierda por el camino que nos llevará hasta Fuentepelayo, en su mayor parte cuesta abajo. LLegamos a este pueblo por el Camino Carramolino; tomamos por la izquierda la carretera SG-222 y tras hacer unos 150 metros por ella cogemos a mano derecha la calle Dulzaineros y después la calle Rollo nos llevará hasta la iglesia del Salvador, lugar en el que hacemos una nueva parada.

PARADA Nº 10: IGLESIAS DE FUENTEPELAYO (KM 20,6)

 

La  iglesia de El Salvador es una construcción del siglo XIII, de origen románico-mudéjar, presente este estilo  en la parte inferior de la torre y en el interior arcos de ladrillo  de separación de las naves y el artesonado. En el siglo XVI la iglesia se amplió hacia el norte y al exterior el gótico se hace visible en la cabecera poligonal. El amplio pórtico del lado sur le da personalidad a la construcción y una reciente restauración lo ha dejado impecable. El barrio de El Salvador era donde se concentraba la población más modesta del pueblo y el aspecto más rústico de su parroquia nos indica que no se emplearon los mismos recursos que en la Iglesia de Santa María, de aspecto más señorial.

   Fig. 49. Iglesia de El Salvador. Fuentepelayo

Avanzando en línea recta por la calle del Príncipe, llegamos hasta el cruce de la carretera de Aldea Real; nos desviamos a la izquierda y enseguida vemos unos indicadores que marcan la dirección a Pinarnegrillo  a mano derecha y siguiendo esa vía (la calle de don Pelayo) nos lleva de frente a la cabecera de la iglesia de Santa María;  al llegar a la altura de la iglesia, nos podemos detener  en la Plaza Mayor, parcialmente porticada, situándose el ayuntamiento en el otro extremo de la plaza.

 

La iglesia de Santa María es un edificio románico del finales del siglo XII y de comienzos del XIII, período del que aún conserva la cabecera, la torre y un primer tramo de lo que fue su pórtico lateral; el ábside circular tiene tres ventanas rematadas con arcos de medio punto característicos del románico; su esbelto campanario  tiene un remate piramidal, semejante al de la iglesia de Pinarejos; al sur del ábside, un tramo del pórtico lateral conserva dos arcos de ladrillo , y entre medias de los dos se abrió una ventana que comunica actualmente con la sacristía.

Fig.50. Vista de la iglesia de Sta. María desde el ángulo sureste. Fuentepelayo.

En el siglo XVI el cuerpo de la iglesia se reconstruyó en estilo gótico tardío, manteniendo  tres naves,  pero ahora con una anchura mayor. La obra fue proyectada por Juan Gil de Hontañón, el “Mozo”, que también trabajaría  junto a su padre (con idéntico nombre que el hijo)  en la construcción de la catedral nueva de Salamanca; el hijo no obtuvo  el reconocimiento que había alcanzado su padre (al que se deben obras como la catedral de Segovia o los castillos de Cuéllar y de Turégano) ni el que conoció su hermano Rodrigo (autor de la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, ya en estilo renacentista).

Del exterior de la construcción gótica pueden destacarse las dos portadas, obras del gótico flamígero.  La portada norte tiene arquivoltas de medio punto, con decoración de bolas en el arco semicircular exterior; el tímpano alberga la imagen de una Virgen de piedra, de la segunda mitad del siglo XVI, obra de Pedro de Bolduque, escultor que desarrolló casi toda producción por tierras de Cuéllar y de Medina de Rioseco, su lugar de nacimiento,  y es el autor también del relieve  el Llanto sobre el Cristo muerto de uno de los retablos de la iglesia de Santa María; un arco conopial culmina la portada  y se adornan sus extremos con dos estilizados pináculos; por cierto, el panel explicativo que hay al lado izquierdo de la portada confunde  la orientación de las portadas y donde pone “norte” ha de entenderse “sur”.

 

La portada sur formaba parte de  la antigua catedral de Segovia. Este edificio estaba situado al lado del Alcázar y cuando la catedral se incendió durante la Guerra de las Comunidades, algunas partes se trasplantaron piedra a piedra, como el claustro, que se trasplantó hasta la nueva catedral, o  una de sus portadas que se trajo a Fuentepelayo. El artífice de esta portada, Juan Guas, fue escultor y arquitecto de la segunda mitad del siglo XV, y uno de los artistas más destacados del gótico  flamígero (que en España se mezcló con formas mudéjares, en lo que se conoce como gótico isabelino)  y fue autor también de la obra cumbre de este estilo, el convento de San Juan de los Reyes en Toledo;  también realizó otras obras de renombre,  como el palacio del Infantado de Guadalajara, el colegio de San Gregorio de Valladolid o el mencionado claustro de la catedral de Segovia, y  a él se debe también el púlpito que está en el interior de la iglesia de Santa María. Consta en esta fachada sur la fecha de traslado desde Segovia, en el año 1523, y de ella podemos destacar la profusa decoración en la que se combinan elementos vegetales, escudos, pináculos, molduras, figuras,… Los nichos y el tímpano vacíos nos hacen suponer que las imágenes que contenían se perdieron durante el incendio o el traslado posterior hasta Fuentepelayo. Al igual que en la portada norte, encontramos un arco escarzano sobre  las puertas de acceso al templo.

Fig. 51 y 52. Portada norte y sur de la iglesia de St. María. Fuentepelayo.

En la plazuela que se forma en lado sur de la iglesia un par de casas mantienen escudos de la orden de Calatrava en sus fachadas; una de ellas además tiene unas dimensiones más que notables, y donde se puede destacar una hábil combinación de piedra y ladrillo, así como el imponente alero de su tejado.

Fuentepelayo conserva también un considerable número de casas de tipología tradicional, con los muros de sus fachadas decorados con piedra caliza de formas irregulares y ladrillos que refuerzan los vanos, aleros y ángulos del edificio, tal como se detalla en uno de los apartados de la página dedicados a Pinarnegrillo.

 

De regreso al punto de partida, salimos de Fuentepelayo en dirección  oeste por la calle de los Peligros, extremando el cuidado, ya que es muy estrecha, y saliendo a la carretera nos quedan poco más de 4 kilómetro para llegar al punto de partida.

 

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