RUTA Nº 7: EL BUSTAR-CARBONERO EL MAYOR - ESTACIÓN DE YANGUAS - ARMUÑA - AÑE -YANGUAS - ESCARABAJOSA DE CABEZAS

Fig. 1: Mapa de la ruta nº 7. 

 Fig. 2: Perfil de la ruta nº 7.

  

 KM 0: Salimos de la Plaza Mayor por la calle de Navalmanzano y tomamos a nuestra izquierda la carretera SG-2211 en dirección hacia la autovía CL-601. Por esta carretera hacemos 4 kilómetros; antes de llegar al indicador del PK-2 torcemos a la izquierda por el camino de tierra que pasa al lado de la cantera de Cafría, que en la Ruta nº 1 se refleja como una parada de ese recorrido; en él también se refleja otra parada en la ermita de la Virgen del Bustar, lugar al que llegaremos después de hacer otros 2 kilómetros desde que dejamos atrás la carretera, sortear el vado del río Pirón y ascender una pequeña cuesta de medio kilómetro. En la ermita podemos efectuar la primera parada, según se detalla también en el recorrido de la ruta nº 1.

El Bustar y  otros parajes reseñados en las rutas 1 y 2, como la ermita de San Miguel, el molino Quintana, la cantera de Cafría, la ermita de Santa Águeda o Peñacarrasquilla, (y otros que aparecerán en la ruta nº 8) están situados en el término de Carbonero el Mayor, el pueblo que puede considerarse como cabecera de la comarca por el número de habitantes y por su vitalidad económica. El nombre del pueblo guarda relación con la actividad del carboneo, mediante la que la madera (especialmente de encina) se convierte en carbón vegetal mediante una combustión incompleta. En el siglo XIII se llamó  al pueblo Carbonero de Liedos, para después ser sustituido el “apellido” por el de Mayor, que es que actualmente tiene.

Pasada la ermita del Bustar seguimos recto por el camino que, pocos metros después, se transforma en una carretera asfaltada y, tras una cuesta arriba suave de unos 3 kilómetros, llegaremos hasta el puente que cruza por encima de la autovía CL-601. Bajamos primero hasta el cementerio, para después seguir subiendo la cuesta por la calle Quintanas; nos desviamos a la derecha por la calle Peso Real y a cien metros giramos ahora a la izquierda por la calle Colón,  llegando hasta el edificio del Palacio del Sello.

 

PARADA Nº 2: PALACIO DEL SELLO E IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA. CARBONERO EL MAYOR. (KM 10,5)

 

Fig. 3 y 4. Palacio del Sello. Fachada del Ayuntamiento. Carbonero el Mayor.

 

El Palacio del Sello es una casona señorial del siglo XV, correspondiendo a la última etapa del estilo gótico, que en España se le añade el adjetivo de “isabelino”, coincidiendo con el reinado de Isabel la Católica. Su fachada es de piedra caliza, reforzando los vanos y esquinas del edificio con sillares bien escuadrados; en la fachada se destaca el arco semicircular dovelado de su portada, enmarcado por un alfiz bajo el escudo familiar, cuyo motivo son cinco castillos dispuestos en aspa. A la izquierda de la fachada principal se levanta una torre abierta con una galería de tres arcos rebajados.

La calle Colegio, donde está el palacio del Sello, nos lleva hasta la Plaza de España, a las que miran las fachadas del Ayuntamiento y la fachada sur de la iglesia parroquial. Este último edificio tiene su origen en el siglo XIII, en estilo románico de ladrillo y ha sufrido varias modificaciones góticas y barrocas. El templo se destaca sobre el resto del caserío y, en especial, resaltan las dimensiones de la torre campanario y del cimborrio. Estos dos elementos tienen en común su fábrica de ladrillo y tener cubierta de pizarra. La torre, de aspecto macizo, se levanta a los pies del edificio, sobre la fachada que da a la plaza, que presenta una triple puerta, correspondiendo a cada una de las naves del templo; dicha torre se divide en tres cuerpos que se alzan sobre la cubierta de la nave central. El cimborrio octogonal (más elevado de lo no normal) se levanta sobre el crucero de la iglesia y es construcción más reciente que la torre. 

Fig.5 y 6. Fachada occidental y fachada sur de la iglesia de San Juan Bautista. Carbonero el Mayor.

 

Siguiendo por la Travesía de la Iglesia nos desviamos a la izquierda por la calle Juan Carlos I y después a la derecha por la Calle de Segovia, que nos llevará hasta la carretera vieja; por ésta discurrimos unos 750 metros, tras los cuales cogemos la carretera que sale a la derecha en dirección a Yanguas de Eresma. Cuando hayamos recorrido 2,5 kilómetros de esta vía, se toma la carretera SG-331. Haciendo  1,7 kilómetros más llegaremos hasta del barrio de la Estación de Yanguas, donde podemos realizar la siguiente parada.

 

PARADA Nº 3: ESTACIÓN DE YANGUAS. (KM 15,850)

 

El barrio de la Estación de Yanguas es conocido también como San Pedro de Caldas, dependiente del ayuntamiento de Yanguas de Eresma. Este nombre de San Pedro de Caldas tiene que ver con una fuente termal que encontramos junto a una báscula de uso público que hay al lado de la carretera; el surtidor de la fuente está cubierto por una caseta de captación que solo deja escapar el líquido sobrante; el agua mantiene una temperatura constante de unos 20 0C a lo largo de todo el año. En las inmediaciones de la fuente se encontraron restos romanos, lo que indica la gran antigüedad del asentamiento originario.

Bajando medio kilómetro más desde la fuente termal, y desviándonos a la derecha, llegamos hasta la antigua estación de tren; inaugurada en 1884, se mantuvo en funcionamiento hasta que definitivamente se suprimió la línea del ferrocarril Segovia-Medina del Campo, en la que se incluía el apeadero de la Estación de Yanguas, tras algo más de un siglo de actividad, en 1993. Durante todo este tiempo, buena parte de la actividad de su población estuvo vinculada con la estación del tren, con la llegada y la salida de pasajeros y de mercancías; entre estas últimas destacaba por su volumen la carga de ganado y la descarga de abonos químicos. Hoy, la mayoría de los almacenes han perdido su pasada actividad y las casa habitadas son muy pocas.

 

Todavía quedan en pie las construcciones que cumplieron con los cometidos propios de una estación de tren, como el edificio principal (donde estaban la sala de control, las taquillas y en el piso superior la vivienda del Jefe de Estación), el muelle-almacén, la cantina y los servicios, pero contemplar el estado de abandono en el que se encuentran deja una sensación  de inmensa pena.

Bajando desde el embaldosado del edificio principal por una rampa, llegamos hasta el tramo de Vía Verde Valle del Eresma, que aprovecha el antiguo trazado del ferrocarril y se ha inaugurado a principios de 2014 como un itinerario senderista y cicloturista que comienza en Segovia y acaba a pocos metros de la Estación de Yanguas. En ejecución están las obras para acondicionar el tramo que media entre la Estación de Yanguas y Olmedo.

Fig. 7 y 8. Edificio principal de la estación de tren. Puente de hierro sobre el río Eresma. Estación de Yanguas.


Al acabarse el tramo de Vía Verde acondicionada, encontraremos un firme con mucha piedrecita suelta, que sería el mismo que tenía cuando pasaban los trenes y donde se han arrancado los carriles de hierro y las traviesas. Llegamos al puente de hierro que permite el paso sobre el Eresma; durante el verano de 2014 han estado reparando este puente y lo han mantenido cerrado el paso más de un día; este puente forma parte del programa de acondicionamiento del tramo de la Vía Verde desde la Estación de Yanguas hasta Nava de la Asunción y se prevé que se finalice en 2015. Pasado el puente de hierro nos salimos del antiguo trazado del ferrocarril, hasta que se terminen las obras, por un camino que discurre en paralelo al río Erema durante casi un kilómetro. Aquí nos desviamos a la izquierda a través de un camino en muy buen estado durante otros 3 kilómetros.

En la última visita que he realizado por este trayecto de la Vía Verde, en junio de 2015, ya estaban perfectamente arreglados el firme y el paso del puente de hierro y acondicionados  para  hacerlo a pie o en bicicleta.

 

Fig. 8 bis: Puente de hierro de la Vía Verde sobre el Eresma (una vez acondicionado).



PARADA Nº 4: ARMUÑA. (KM 21)

 

Llegamos a Armuña por la calle Caldillas, de la que nos desviamos a la derecha por la calle del Corpus y después por la calle de la Iglesia (en la que encontramos un edificio con una antigua portada en rincón convertido en casa rural), que nos conduce hasta la cerca  de piedra que rodea al templo parroquial por el lado sur.  La iglesia de San Bartolomé de Armuña pudo tener su origen en el siglo XII, a la vez que surge como núcleo de población, aunque con el correr del tiempo ha sufrido múltiples modificaciones. Al primitivo edificio románico se le añadió un atrio porticado en su cara sur en el siglo XIV. A comienzos del siglo XVI se le añadió una nueva nave y se sustituyó el ábside semicircular por una cabecera cuadrada que englobó las dos naves. A finales del siglo XVI se sustituyó el antiguo atrio por el actual. Posteriormente se levantó el campanario en el siglo XVII, rematado por un chapitel con tejado de pizarra. También se añadió un pórtico sujeto sobre tres columnas en su cara sur. En el muro oeste de la torre, sobre una pequeña ventana, hay un relieve a modo de escudo en el que se reflejan dos espadas cruzadas, que harían referencia a los instrumentos del martirio de este santo, que según la tradición le quitaron la piel y después le cortaron la cabeza. 

 

Fig. 9 y 10. Portada de una casa tradicional convertida en casa rural. Cara sur de la iglesia de San Bartolomé. Armuña.

 

Cuestión de mucho tiempo sería el detallar pormenorizadamente todos los vestigios y restos paleontológicos, geológicos y arqueológicos del término municipal de Armuña; entre los más destacables se pueden reseñar los fósiles de distintas especies de dinosaurios, rocas  de muy diferente tipo (graníticas, metamórficas, calizas, conglomerados, arcillas, arenas eólicas, un asentamiento del Paleolítico, un poblado celtíbero, restos de una villa romana, ermitas de origen románico (la del Tormejón y la de Pinilla de Pestaño), …). El actual núcleo de Armuña tiene un origen medieval, durante el período de la repoblación del territorio entre el Duero y el Sistema Central, como muchos de los pueblos segovianos actuales. El origen del nombre del pueblo tiene más de una interpretación; para algunos procede de un palabra árabe al-munia (el huerto); para otros, tomó el nombre de una hija de Martín Muñoz, caballero burgalés que acompañó al Cid Campeador en algunas campañas militares durante la segunda mitad del siglo XI y que impulsó  la repoblación de varios pueblos de la zona.

 Desde el lado de la torre salimos de la calle Carbonero hasta la carretera de Segovia y en la casa que hace esquina encontramos la llamada Casa Bayón, con una puerta don arco de medio punto dovelada sobre la que se sitúa un escudo nobiliario, ambos enmarcados por un alfiz. Aunque bastante deteriorado, este edificio conserva en la fachada de la planta superior una decoración a base de esgrafiado, típica decoración segoviana con motivos geométricos y vegetales, influenciada por la arquitectura mudéjar. También unas pocas casas de Armuña conservan estos esgrafiados,  cada vez menos frecuentes, pues la mayoría de los edificios se cubren con un revoque liso o, más frecuente, se deja sin cubrir la piedra de los muros.

 

Fig. 11 y 12. Escudo en la torre de la iglesia de San Bartolomé. Casa Bayón. Armuña.

 Fig. 13,14,15 y 16. Distintos esgrafiados de casas de Armuña.

 

Desde la Casa Bayón seguimos por la izquierda, a través de la carretera SG-3311 con dirección a Añe; pasadas las últimas casas del pueblo encontraremos  la ermita del Humilladero, situada sobre una pequeña elevación; de planta cuadrada y cubierta a cuatro aguas es una noble construcción en piedra caliza; dispone de dos puertas en sus caras este y norte, rematadas ambas con arcos de medio punto.

Fig. 17. Ermita del Humilladero. Armuña.


Seguimos por la carretera y  5 kilómetros después, antes de llegar al puente que pasa sobre el río Moros, nos desviamos por un camino que sale a la izquierda de la carretera y que nos llevará hasta la dehesa  o bosque aclarado de fresnos, paraje que, como en otros pueblos de la Sierra, se denomina “el Soto”. Desde aquí, el pueblo de Añe  parece suspenderse sobre una pequeña atalaya  que se eleva sobre el río.

 

PARADA Nº 5: EL SOTO DE AÑE. (KM 28)

 

El Soto es un ecosistema humanizado que no solo tiene su importancia por la variedad de fauna silvestre que cobija (ánades diversos, búhos reales, rapaces diurnas, aves insectívoras, buitres, garzas, cigüeñas, ratas de agua, jabalíes,  corzos, … ), sino que también tiene un valor estético; es un paisaje mágico, un verdadero para la vista en cualquier estación del año, pudiéndose admirar  tanto en su conjunto como en cada uno de los árboles en particular; cada fresno viene a ser un individuo diferente de los demás y en los que el paso del tiempo ha dejado una fisonomía singular.

Fig. 18 y 19. Vistas del Soto de Añe.   

Fig. 20, 21 y 22. Distintos ejemplares de fresnos del Soto de Añe.

 

Los fresnos son árboles caducifolios de tronco recto, copa alta  y pueden llegar a alcanzar los 40 metros de altura. Prefieren lugares húmedos y por eso forman parte de la vegetación que podemos encontrar en los márgenes de los ríos en el llamado bosque galería. Sus hojas se reconocen fácilmente porque de cada una salen varias hojuelas lancetadas con perfil aserrado, siempre en número impar, que nacen una frente a otra excepto la última que es la que corona la hoja. Tradicionalmente se ha procedido a la poda de estos árboles, cortándose todas las ramas en su mismo arranque, por lo que queda el tronco desmochado, con un muñón en su parte superior; en la mayoría de los fresnos, con la poda se forma una cavidad en la que se va acumulando el agua y, con el paso del tiempo, acaba afectando al tronco, pudriendo parte de la madera y formando oquedades de muy diverso tipo. Este  tipo de desmoche tiene sus partidarios y sus detractores.

 

Para los que se oponen a esta forma de podar los fresnos consideran esta práctica como una aberración que perjudica el desarrollo del árbol, pues su tronco se ensancha en demasía y las ramas no llegan a tener un porte vigoroso.

Los que defienden el desmochado de los fresnos solo encuentran beneficios. Señalan que es una práctica de tradición centenaria que hay que proteger y fomentar por resultar provechosa para el árbol y  por los recursos que ofrece; tradicionalmente, estas dehesas han mantenido  un uso ganadero pues, tratándose de suelos frescos, generaban ricos pastos y las ramas podían servir como complemento alimenticio del ganado; también podía aprovecharse como leña y sus varas rectas podían convertirse en garrotas o mangos de herramientas y aperos agrícolas; hoy el aprovechamiento ganadero se ha reducido mucho, pero siguen defendiendo el desmochado porque como no se desarrollan grandes ramas, evita que el tronco de los fresnos se desgaje o se arranque de raíz cuando el viento arrecia; una razón de peso para defender este tipo de podas es que si la vida útil de un fresno normalmente está en unos cien años, a algunos de los fresnos del Soto de Añe se les ha calculado más de 500 años, por lo que parece que esta práctica no acorta la vida del árbol.

 

PARADA Nº 6: IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA. AÑE. (KM 28,25)

Regresamos a la carretera SG-V-3311 y giramos a  la izquierda en dirección a Añe; este topónimo también hace referencia al personaje que dirigió la repoblación de Añe, llamado Fannius del que deriva el nombre del pueblo. Pasamos sobre el puente y, subiendo  la cuesta, llegamos hasta el templo parroquial,  que se encuentra a la salida del pueblo en dirección a Segovia. La iglesia de Añe, dedicada a San Juan Batista, es un edificio sencillo, de una sola nave y también ha conocido diversas modificaciones; su estilo original parece ser el gótico mudéjar y su nota más característica la espadaña de la cara oeste, que se levanta sobre un arco apuntado cegado a modo de hornacina.

Fig. 23 y 24. Vista de Añe desde el Soto. Iglesia de San Juan Bautista. Añe.

Desde la iglesia volvemos a desandar  un tramo de la carretera de unos 100 metros y por la derecha llegamos hasta la Plaza Mayor y volvemos a coger la calle que sale a la derecha de la plaza; esta calle nos conduce hasta el camino que discurre en paralelo al río Moros entre pinos resineros. Deberemos tener precaución, ya que vamos a encontrarnos con algún tramo arenoso en los que podríamos perder el equilibrio. Tras 3,8 kilómetros de camino cruzaremos por el puente que pasa sobre el río Eresma a unos 200 metros aguas arriba de donde desemboca el Moros. Al llegar al Eresma la vegetación de ribera se caracteriza por la presencia de vergueras, sauces, fresnos silvestres y algún que otro olmo; pasaremos el pequeño puente sobre el río Eresma e inmediatamente después cruzamos el tramo de Vía Verde que por la izquierda lleva hasta la Estación de Yanguas; deberemos subir algunos tramos cuesta arriba, encontrándonos un paisaje de cárcavas o barranqueras, lleno de surcos, que como cicatrices ha labrado la fuerza del agua en arroyada sobre el terreno arcilloso.

Fig. 25 y 26. Puente sobre el Eresma. Paisaje de barranqueras. Yanguas de Eresma.

Después de pasar el puente sobre el Eresma llegaremos 2,5 kilómetros después a Yanguas de Eresma, cuyo topónimo parece proceder de la palabra latina “ianua”, significando paso o garganta  que labra este río; el pueblo comenzó a repoblarse con gentes procedentes del pueblo soriano de Yanguas, del que recibió su nombre; en el capítulo XV de Don Quijote de La Mancha aparecen unos arrieros yangüeses que muelen a palos a Rocinante por querer saciar sus instintos carnales con sus yeguas, y después usan sus estacas sobre las costillas de Sancho y de Don Quijote cuando quieren defender a su desafortunado caballo, tras ver cómo le salía el tiro por la culata; Cervantes no aclara si eran yangüeses sorianos o segovianos, así que pueden darse por aludidos los dos pueblos.

Fig. 27 y 28. Cárcava. Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. Yanguas de Eresma.

 

PARADA Nº 7: IGLESIA DE NTRA. SRA. DE LA ASUNCIÓN. YANGUAS DE ERESMA. (KM 40,2)

Cruzamos Yanguas de parte a parte; primero llagamos a un puente que sortea el cauce de un pequeño arroyo, lugar desde donde se ve la torre de la iglesia y seguimos recto en esa dirección, hasta desembocar en la calle asfaltada que nos llevará hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. El antiguo templo debió ser de estilo románico, pues el retablo mayor, que procede de la iglesia anterior, se adecúa a la forma semicircular que tendría en origen el ábside. Por haberse quedado demasiado pequeña, se derribó esta iglesia y comenzó a construirse una nueva a finales del siglo XVIII; el edificio se levantó sobre planta de cruz latina en un estilo llamado “barroco cortesano” ya muy tardío, con empleo de múltiples molduras en su interior. Sobre el cuerpo del edificio se alzan el cimborrio octogonal, en el crucero, y la torre campanario, que se sitúa a los pies del templo y que no sobresale en planta, al levantarse sobre el muro del lado oeste. En las caras norte y sur, unos soportes metálicos muy poco afortunados soportan unos tejadillos, que a modo de pórticos, protegen las dos entradas al templo.

Subiendo otro pequeño tramo, al sobrepasar las últimas casas y la parada de autobús, salimos de la carretera por la izquierda y nos desviamos por el camino perpendicular a la carretera. Ya en este camino volvemos a ver las cárcavas que surcan las laderas de las lomas que se divisan al norte. Tras subir el puente que atraviesa la autovía CL-601 recorreremos otros 2,7 kilómetros por un camino recto y con un firme estupendo; casi al final del recorrido por este camino, medio kilómetro antes de llegar a Escarabajosa, encontraremos en el margen derecho una pequeña laguna que, incluso, mantiene el agua en verano.

Fig. 29 y 30. Pequeña laguna. Aventadora (en primer plano) y potro de herrar. Escarabajosa de Cabezas.

El camino desemboca en la carretera SG-V-2113, que viene desde Tabanera, y al llegar al frontón nos desviamos por la calle que sale a la derecha para entrar en Escarabajosa de Cabezas. El origen del nombre del pueblo puede guardar relación con la existencia de escarabajos (supuesto que parece poco creíble) o por la abundancia de algún tipo de vegetación como los escaramujos (los rosales silvestres, llamados popularmente “atrampaculos”) o bien por la densidad de vegetación en la que abundan ramas secas de arbustos para encender la lumbre (carvajales). El sobrenombre del pueblo tiene que ver con la organización territorial medieval basada en una demarcación  llamada “Sexmo” en la  Comunidad de Villa y de Segovia por tratarse en principio de seis distritos, que luego pasaron a ser diez;  el Sexmo al que pertenecía Escarabajosa se llamó “de Cabezas” (sobrenombre que también lleva Sauquillo); a su vez los sexmos se dividían en demarcaciones más pequeñas llamadas cuadrillas, que en el caso de Escarabajosa estaba incluido en la cuadrilla de Mozoncillo, pueblo que también era la cabecera del sexmo.

 

PARADA Nº 8: IGLESIA DE SAN ANTONIO ABAD. ESCARABAJOSA DE CABEZAS. (KM 40,2)

 

Rodeando el frontón a través de la calle Segovia podemos llegar hasta un potro de herrar que ha sido restaurado y que tiene sus cuatro postes de granito. Desde aquí tomamos la calle Carravillar que nos conducirá directamente hasta la cerca que rodea la iglesia de San Antonio Abad por su cara sur. Como todas las iglesias, la de Escarabajosa tuvo la cabecera orientada hacia el este, con carácter simbólico de querer situar el altar mayor en la dirección a la salida del sol. Esta primitiva iglesia se construyó en el siglo XIII en el estilo románico de ladrillo, período del que solo conserva la portada resuelta con cinco arquivoltas de ladrillo y protegida por un pórtico columnado; la arquivolta interior no tiene línea de impostas y las cuatro exteriores se levantan sobre molduras en forma de nacela; la portada se enmarca con un alfiz, también en ladrillo, que se alza recto desde el suelo y que envuelve las enjutas encaladas. Con el trascurrir del tiempo, como en la mayoría de los pueblos de la zona, se llevaron a cabo ampliaciones y arreglos que fueron eliminando los elementos originales. La mayor parte de los cambios tuvieron lugar en los siglos XVII y XVIII, cuando imperaba el gusto barroco. El pequeño edificio se amplió hacia el oeste, y la orientación del crucero y del nuevo altar mayor se dirigió también hacia ese punto cardinal, rompiendo con lo que es la norma habitual. La torre, que se sitúa en el ángulo sureste, se resuelve en dos cuerpos de aspecto macizo que en línea con el muro de los pies del edificio forman la fachada que da a la plaza, en la que también se sitúa el Ayuntamiento.

Fig. 31 y 32. Torre y portada de la Iglesia de San Antonio Abad. Escarabajosa de Cabezas.

Por la calle Mozoncillo nos dirigiremos en línea recta hasta la carretera que discurre por la antigua cañada, el llamado Cordel de Segovia, hasta la carretera SG-211, después de hacer 3,5 kilómetros; cruzamos ésta y cruzaremos también la carretera que va de Carbonero a Mozoncillo e iremos por un camino en dirección al molino de Carracuéllar, punto por el que pasamos en la ruta nº 1. Unos 300 metros antes de llegar a este molino, hay que cruzar el cauce de un pequeño arroyo que siempre lleva agua y que nos obligará a extremar el cuidado al atravesarlo. Pasamos el puente sobre el río Pirón y seguimos transitando por el trazado de una cañada que discurre en línea recta entre pinares hasta la carretera SG-P-2211, por la que haremos los dos últimos kilómetros de esta ruta.

 

En Wikiloc puedes encontrar este recorrido en la siguiente dirección:

 

https://www.wikiloc.com/mountain-biking-trails/pinarnegrillo-el-bustar-carbonero-estacion-de-yanguas-armuna-ane-yanguas-escarabajosa-mozoncillo-16164525

 

MAPA DE LA RUTA Nº 7
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PERFIL DE LA RUTA Nº 7
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RUTA Nº 7 EN PDF
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