RUTA Nº 12: ERMITAS A PORRILLO

 

 

El trayecto de esta ruta se detiene en un conjunto de ermitas de la comarca. En el futuro también se podrían trazar otras rutas que incluyeran ermitas que no están en este recorrido, en el que ya hay suficientes kilómetros para un cicloturista medio.

 

Estas pequeñas edificaciones que llamamos ermitas no suelen ser destinos turísticos de primer orden y las que aparecen en esta ruta tienen un carácter de los más variado. Algunas siguen siendo lugares a los que se acude con una gran emoción en días señalados, donde los lugareños y los hijos del pueblo que regresan rememoran ritos que se perpetúan en el tiempo. En otros casos nos encontramos con edificios en estado ruinoso y que desde hace mucho tiempo dejaron de ser lugares de culto.

 

Aunque a lo largo del recorrido pueda haber otros sitios de igual o mayor interés, las paradas se van a centrar en las ermitas por las que se pasa. Hemos de tener en cuenta que la mayor parte de estas ermitas fueron en su momento pequeñas iglesias de núcleos de población de reducido tamaño. Muchas de estas aldeas o barrios surgieron en los siglos XI y XII, período en el que el territorio al sur del río Duero se convirtió en una zona de mayor seguridad a medida que el reino Castilla logró avanzar más allá del Sistema Central. Estas aldeas se encontraban muy próximas entre sí y podían guardar una distancia de 1 a 2 kilómetros, con lo que sus habitantes, que en su inmensa mayoría eran campesinos, tenían cercano los campos de cultivo y las zonas de pasto. Con el paso del tiempo, estos campesinos fueron concentrándose en los núcleos de mayor entidad donde la vida podría resultar más fácil. En los siglos XIV y XV muchas de estas aldeas ya son despoblados de los que, en ocasiones, no conocemos siquiera su nombre y en los que los únicos restos que quedan de aquel tiempo son sus iglesias, que hoy consideramos ermitas.

 

Saliendo desde la Plaza Mayor de Pinarnegrillo nos dirigiremos por la calle de Aldea Real hacia Mozoncillo por la calle que sale a la derecha y que lleva el nombre de este pueblo, atravesando el pinar por un camino con tramos bastante arenosos; pasaremos muy cerca del paraje de la Cuesta de los Santos y al llegar a la carretera SG-211 la atravesaremos para dirigirnos por la carretera de Escalona (apenas 100 metros) para tomar por la derecha un camino en paralelo al cauce del canal del molino del Lago. Este camino nos conducirá hasta el camino asfaltado que, por la izquierda, nos llevará hasta nuestra primera parada.

 

 

PARADA N.º 1 – ERMITA DE NTRA. SRA. DE RODELGA (KM 6,5)

 

 

La ermita se levanta en lo alto de una pequeña loma, situada a a más de un kilómetro de Mozoncillo. El edificio se remonta a los siglos XII-XIII y pudo ser la iglesia parroquial de un despoblado que llevaba el nombre de Rodelga. La ermita es de nave única, pero con dos tramos, siendo más reciente la ampliación del lado este, siendo recta su cabecera. A los pies, una portada con cuatro arcos semicirculares abocinados, característicos de un estilo románico de ladrillo y protegida por un pequeño pórtico. Como soporte estos arcos descansan sobre jambas, también de ladrillo.

Fig. 1 y 2. Vista de la ermita de Rodelga y portada de su cara oeste.

 

La pradera de alrededor de la ermita está muy bien cuidada y constituye un lugar muy frecuentado por los paseantes, unos por tener devoción a la Virgen de Rodelga, otros por resultar un lugar agradable de visitar.

 

Volviendo por el mismo camino asfaltado que nos ha llevado hasta la ermita nos desviaremos al llegar a las primeros edificios de Mozoncillo por un camino de tierra que sale a la derecha, aproximadamente a 1,5 kilómetros de la ermita de Rodelga; continuando por ese camino unos 500 metros nos encontraremos la ermita de San Roque, muy próxima a la carretera SG-211.

 

 

 

PARADA N.º 2 – ERMITA DE SAN ROQUE (KM 8.5)

 

No hay constancia de su fecha de construcción, pero se sabe que fue restaurada por completo a finales del siglo XVIII. En el exterior se aprecia la sencillez constructiva del edificio, que se levanta sobre una planta rectangular, que se destaca por la buena fábrica de los sillares de piedra que rematan los ángulos de la ermita y y de las dovelas del arco de medio punto rebajado de su portada. Se cubre con un tejado a cuatro aguas que traduce al exterior la estructura del artesonado de la techumbre.

 

Fig. 3. Ermita de San Roque (Mozoncillo)

 

Tomaremos el pequeño tramo del camino que nos lleva a Mozoncillo, pasando después por la carretera que atraviesa el pueblo y, apenas recorrido 200 metros por esta vía nos desviamos a la derecha por la calle Iglesia, llamada así por estar ubicado en ella el templo parroquial. Como prolongación de la calle Iglesia, sale la calle Arroyo Abajo y de esta llegaremos al Camino de Carracuéllar, por el que nos conduciremos en en paralelo al cauce del río Pirón. En el trayecto desde que salimos de Mozoncillo hasta que llegamos a la ermita de l a Virgen del Bustar haremos algo más de 5 km desde que dejamos atrás las últimas construcciones de Mozoncillo.

 

PARADA N.º 3 – ERMITA DE NTRA. SRA. DEL BUSTAR (KM 14,5)

 

 

 

En este Santuario se guarda y venera la imagen de la Patrona de Carbonero el Mayor, la Virgen del Bustar. Etimológicamente el origen del topónimo «Bustar» tiene una clara procedencia latina, del vocablo bustum («lugar donde se quema»), derivado de burere («quemar»), aludiendo así al lugar donde se carboneaba. El edificio está situado en un paraje llano denominado Los Ñares, cercano al río Pirón y distante unos 3 km de Carbonero.

Fig. 4 y 5. Vista de la ermita de la Virgen del Bustar y fuente del Pozuelo.

 

El conjunto de la edificación contiene, además de la ermita, una hospedería. La ermita es un templo que pudo empezar a construirse en el siglo XVI, de una sola nave de estilo barroco, cubierta de bóveda de cañón con lunetos y contrafuertes al exterior; un pórtico sujeto con dos columnas protege la puerta de acceso a la ermita. Al lado derecho de la ese pórtico se sitúa la espadaña de dos cuerpos que alberga dos campanas y su acceso queda cubierto por un tejadillo a dos aguas. La hospedería aneja se construyó a finales del siglo XVIII. El conjunto tiene muros de mampostería, reforzando sus ángulos sillares de piedra bien escuadrados. Los vanos de puertas y ventanas se enmarcan con ladrillo, siendo también de este material la espadaña y la chimenea.

Situada en un altozano quedan los restos de otra ermita que se divisa desde la pradera del Bustar y hacia donde nos dirigiremos; siguiendo adelante con el camino que traíamos desde Mozoncillo, torcemos después a mano derecha, y 200 metros después vemos un pequeño templete sobre la fuente del Pozuelo, donde la leyenda señala que se produjo la aparición de la Virgen. Tras pasar el cauce del arroyo del Juncar, tomamos el camino que sale a la derecha y 300 metros después nos detendremos a la altura de las ruinas señaladas.

 

PARADA N.º 4 – ERMITA DE SAN MIGUEL DE QUINTANAS (KM 15,5)

 

Nos encontramos ante las ruinas de una ermita de los siglos XII-XIII, perteneciente al llamado románico de ladrillo, al igual que la ermita de Santa Águeda (incluida en la RUTA Nº 2), situada en el paraje de Temeroso.

 

La ermita perteneció a un despoblado que se llamó Quintanas y del edificio queda en pie un paredón (nombre con el que se conoce también a estos restos) y el ábside; es un templo de planta basilical de nave única de ábside con un tramo recto y remate semicircular. Sus muros son de mampostería, a base de lajas irregulares de pizarra y de cuarcita. En el interior del ábside una ventana abocinada de ladrillo y una banda decorativa en forma de puntas de diamante, también de ladrillo, se destacan sobre los restos del revoque encalado de los muros.

 

 

Fig. 6 y 7. Vista exterior e interior del ábside de San Miguel de Quintanas.

 

Un elemento curioso es un fragmento de pared compuesto por fragmentos de cuarzo adosado al paredón de pizarra, pudiéndose tratar de parte de un pórtico que protegiese el acceso al templo. También pueden apreciarse, al desaparecer el revoque de los muros, los mechinales, agujeros cuadrados que sirvieron en su momento para incrustar las cabezas de las vigas de los andamios cuando el edificio estaba construyéndose; algunos de estos mechinales son aprovechados por los pájaros para anidar en ellos.

 

Nos encaminamos hacia Carbonero el Mayor volviendo por el mismo camino, y nos dirigimos hacia la autovía A-601, dejando a la derecha el campo de tiro. Durante un tramo vamos en paralelo a esta autovía hasta llegar en breve a la rotonda de la vía de servicio, para llegar por el pasadizo bajo la autovía hasta la otra rotonda que nos conduce a la antigua carretera de Segovia que atraviesa Carbonero. Cruzamos el pueblo de punta a punta y pasado el gran edificio que fue el silo de granos tomaremos por la derecha la carretera que nos llevará hasta la estación abandonada de Yanguas, denominado el lugar como barrio de San Pedro. El camino que bordea el que fuera almacén de la antigua estación nos llevará hasta la antigua vía del tren convertida en Vía verde. Por ella nos dirigimos, dirección norte, pasando el puente de hierro sobre el río Eresma. Después de hacer 5 kilómetros por esta Vía Verde nos desviamos por una camino que va rodeando el cerro del Tormejón y subiendo la cuesta llegaremos hasta la ermita que lleva ese mismo nombre.

 

PARADA N.º 5 – ERMITA DE LA VIRGEN DEL TORMEJÓN (KM 32)

 

Este paraje es un punto estratégico, constituido por un cerro calizo de 80 metros de altura, donde se ha catalogado un yacimiento arqueológico en el que se han encontrado restos de diferentes períodos históricos. Desde antiguo fue elegido como asentamiento defensivo, dado el relieve escarpado de sus laderas, constatándose el poblamiento de este lugar desde época celtíbera, y posteriormente romana, visigoda y medieval. El lugar acabó de despoblarse en el siglo XV, cuando sus últimos habitantes bajaron a tierras llanas, más accesibles para los cultivos y el agua.

 

La única construcción que queda en el cerro es la ermita de la Virgen del Tormejón, edificio que se compone de dos partes bien diferenciadas. La parte más antigua, seguramente iniciada en el siglo XI, de estilo prerrománico, se corresponde con la pequeña iglesia de planta rectangular con la que contaría este asentamiento, y que actualmente hace las veces de capilla mayor de la ermita. Cuenta con una cabecera plana a oriente (con una ventana cegada en el centro) y cubierta a dos aguas. El interior de esta parte cuenta con uno de los mejores ejemplos de pinturas románicas en tierras castellanas.

Fig. 8. Vista de la Virgen del Tormejón.

 

Con el crecimiento de la población, el edificio se quedó pequeño y se le añadió una cuerpo central de nave única en el siglo XII, con obra de cantería más depurada en cornisas, canes y, sobre todo, en la portada románica de seis arquivoltas de su cara sur, que se decoran con volúmenes en bocel, biselados, puntas de diamante o ajedrezados. Estas arquivoltas se asientan sobre molduras en escocias, entre las que se sitúan dos capiteles con figuras de sirenas de cola bífida simbolizando el pecado de la lujuria. También se dotó al templo de una espadaña que alojaba una campana y se abrió una ventana en su cara oeste.

En el siglo XIII se construyó un atrio porticado que en su origen contaría con cinco arcos abiertos. Estos arcos se cegaron en el siglo XVIII para acondicionar el interior del atrio como cocina y sala de juntas de la cofradía de la Virgen, con lo que la portada de acceso ya no fue visible desde el exterior a partir de entonces. Además, a finales del siglo XIX se desmanteló el atrio cegado y se construyó un muro que es el que podemos ver actualmente en su cara sur, donde se sitúa la puerta de acceso. Algunas piedras del antiguo atrio han sido reutilizadas en esta fachada y se pueden observar las marcas de cantería originales.

La espadaña románica fue sustituida a finales del siglo XVIII por otra más grande y que contaba con dos campanas. En 1934, un temporal derribó es última espadaña y dañó el tejado; se arreglaron los desperfectos, pero la reforma no acometió la reconstrucción de la espadaña,

Si se quiere tener una información más completa sobre esta ermita lo podremos hacer a través del enlace de internet https://www.youtube.com/watch?v=FtOjPnQQDQk donde encontraremos una magnífica videoguía explicativa sobre su historia.

Para dirigirnos hacia la siguiente parada, bajaremos la cuesta que nos ha llevado hasta el cerro y tomaremos el camino de la derecha en dirección hacia el norte. Llegando al cauce del arroyo de Santa Inés nos vamos por un camino cobijado por hierbas y que nos llevará hasta las ruinas de la ermita de Santa Inés.

PARADA N.º 6 – ERMITA DE SANTA INÉS (KM 34.8)

 

 

Los restos de esta ermita están rodeados de campos de labor y próximos a un manantial rodeado de maleza que aprovecha su frescor. El edificio habría sido la iglesia parroquial de pueblo ya desaparecido llamado Valverdejo el Seco (también mencionado como Valverde). Esta obra se habría iniciado en el siglo XII, de única nave, con una cabecera de un tramo recto en el presbiterio y ábside semicircular. Los muros están construidos en su mayor parte con mampostería, con piedras irregulares de cuarcita y pizarra. El ladrillo se emplea como refuerzo de puertas y ventanas y de los esquinales, así como en los volteados de puertas y arcos, líneas de imposta y las bóvedas de la cabecera. Es esta cabecera la parte más interesante de la edificación, correspondiéndose con características propias del románico de ladrillo. Además de la triple arquería de las ventanas del tambor del ábside, se destacaría la bóveda de cañón del presbiterio y la bóveda de horno del ábside, que, en parte, aún se mantienen en pie. También en la cabecera, merecen nuestra atención el arco de triunfo de acceso al presbiterio, compuesto por una arquería doblada, y las ménsulas del arco de separación entre presbiterio y el ábside. En el muro sur, la puerta de acceso con doble arquivolta de ladrillo y enmarcada por el alfiz y con jambas de refuerzo de sillares de caliza es la parte del edificio con mayor peligro de derrumbe inminente. Dado su valor artístico, esta ermita merecería que, en breve, se realizasen obras de consolidación para evitar un mayor deterioro de este patrimonio en peligro.

Fig. 9 y 10. Vista exterior e interior de la cabecera de la ermita de Santa Inés.

 

Esta información se ha extraído de un folleto editado por la Diputación de Segovia, lo proporciona el ayuntamiento de Bernardos y se puede ver en el enlace https://www.bernardos.es/bernardos/var/ermita-santa-ines.pdf

 

 

Los restos de la ermita están próximos al montículo en el que se haya el dolmen de Santa Inés, de gran interés arqueológico y en el que se se han llevado a cabo campañas de excavación.

Volviendo al camino, vamos en dirección a Bernardos; a un kilómetro de la ermita, en lo alto de la cuesta, nos desviamos en un pronunciado giro hacia el sur, por el llamado Camino de Carbonero  hacia Miguel Ibáñez. Un kilómetro antes de llegar a este pueblo haremos la siguiente parada en la pequeña ermita situada frente a la charca que está al otro lado del camino, y que es lugar de paso y nidificación de diversas aves acuáticas.

 

PARADA N.º 7 – ERMITA DE LA VIRGEN DEL PRADO (KM 39.5)

 

 

En este paraje, conocido actualmente como El Campillo se situaba el poblado, hoy desaparecido, de Santa María del Campo. La ermita, bajo la advocación de la Virgen del Prado, recibiría este nombre dado que la frescura del terreno propicia la aparición de pastos frescos para el ganado. Se trata de un sencilla construcción de planta rectangular de cabecera recta y visibles contrafuertes al exterior. Una espadaña de ladrillo sobre la puerta de acceso es el único resalte sobre el tejado de cubierta a cuatro aguas. También, a los pies del edificio, un pórtico sujeto por dos pilares precede a la puerta de entrada.

Fig. 11. Vista de la ermita de la Virgen del Prado.

 

Dirigiéndonos a Miguel Ibáñez, podemos pasar por su plaza y salir del pueblo por el camino que conduce al cementerio, cuyos muros limitan con la ermita del Humilladero, que no se ha incluido en las paradas de esta ruta. Este mismo camino nos llevará hasta el cerro de San Isidro, donde se sitúa la ermita del mismo nombre y que será nuestro siguiente destino. Cuando lleguemos a la carretera SG-V-3411 haremos medio kilómetro en dirección a Migueláñez y nos desviaremos en la raqueta hacia la carretera que lleva a Domingo García; inmediatamente nos sale un camino a la izquierda y subir medio kilómetro de cuesta llegaremos hasta las ruinas de la ermita de San Isidro.

 

Fig. 12. Cementerio y Humilladero de Miguel Ibáñez. Al fondo el cerro de San Isidro.

 

 

PARADA N.º 8 – ERMITA DE SAN ISIDRO (KM 43.8)

 

Junto a un conjunto de grabados rupestres que se remontan hasta el Paleolítico, se encuentran los restos de la ermita de San Isidro. Incluida también en la lista roja del Patrimonio por el riesgo de derrumbe inminente en el que se encuentra. Es un edificio de origen románico y que como la ermita de Santa Inés tiene nave rectangular y cabecera con presbiterio de tramo recto y ábside semicircular, pero con uso más limitado del ladrillo. Como material que compone la mampostería de sus muros predomina la cuarcita, que es la roca que se ha extraído en varias canteras del cerro donde se asienta la ermita. Haciendo equilibrios en el aire están los arcos de ladrillo de la ventana que se abre en el centro del ábside y de la ventana del muro de los pies. Como la popularidad de San Isidro se extendió a partir del siglo XV y su canonización no llegó hasta el siglo XVII, hemos de suponer que esta ermita habría estado bajo la advocación de otro santo.

 

 

Fig. 13 y 14. Vista del cerro y cabecera de la ermita de San Isidro.

 

Como la popularidad de San Isidro se extendió a partir del siglo XV y su canonización no llegó hasta el siglo XVII, hemos de suponer que esta ermita habría estado bajo la advocación de otro santo.

 

 

Al exterior de la cabecera tenemos hasta una docena de tumbas antropomórficas excavadas en la roca, que formaban parte de una necrópolis altomedieval de los siglos IX y X, anteriores, por tanto, a la iglesia románica.

 

Además, este paraje es el que está situado a una mayor altitud en esta ruta, por lo que desde aquí se puede divisar una amplia panorámica de la campiña segoviana, desde las rampas de la sierra al sur hasta el mar de pinares al norte.

 

 

Concluida esta visita bajaremos la cuesta de la ermita hasta la carretera de la que nos desviamos, para llegar a Domingo García, rodeando su templo parroquial por la calle Iglesia y para salir del pueblo por la calle de la Fuente que nos conduce hasta la pequeña ermita que se encuentra próxima al pueblo.

 

PARADA N.º 9 – ERMITA DEL SANTO CRISTO (KM 46)

 

 

Esta pequeña construcción tiene planta rectangular, con un tramo añadido al norte, a modo de sacristía de la ermita. Sobre un tejado cubierto a tres aguas se sitúa la espadaña de ladrillo en el muro de la cabecera. A los pies, un estrecho voladizo sostenido por pies derechos de madera cobijan la puerta de acceso, remarcada por un arco semicircular de ladrillo. La nota exótica de esta parada la tenemos en la presencia de un olivo, que crece en un alcorque elevado que se encuentran frente a la entrada.

Fig. 15. Ermita del Santo Cristo (Domingo García).

 

Volviendo por Domingo García, atravesaremos el pueblo por la calle Larga, para tomar la carretera que nos llevará hasta Migueláñez, Al llegar a este pueblo nos desviamos a la izquierda, dejando a un lado la fuentona (estanque cubierto de hormigón de donde se iba a por agua cuando todavía no había agua corriente en las casas) y por la calle de la Nava llegaremos hasta la siguiente ermita.

 

 

PARADA N.º 10 – ERMITA DEL CRISTO DEL HUMILLADERO (KM 47,9)

 

La ermita se distingue claramente del resto de las edificaciones por tener cubierta de pizarra a dos aguas. El edificio es de planta rectangular, con dos puertas de acceso, una se abre hacia el sur y la principal hacia el este, por lo que constituye una rareza la orientación del edificio hacia poniente. Se destaca por su buena fábrica la estructura de la puerta principal, con estructura de sillares de piedra, con jambas lisas y cubierta con arco de medio punto, remarcado por un alfiz que arranca desde la línea de impostas del arco. En la vertical de la portada se abre un vano enmarcado de ladrillo que cobija una pequeña campana; da la impresión que en el pasado esta ermita tenía una menor altura y era rematado por una espadaña que ahora esta incrustada en el muro del hastial. Recientemente se le ha añadido un pórtico descubierto, sostenido con dos pies derechos de madera y cubierta de pizarra.

 

Fig. 16. Ermita del Cristo del Humilladero (Migueláñez).

 

Iremos en dirección a Bernardos, por la calle que lleva ese mismo nombre y tomando la calle del Curato que sale a la derecha pasaremos por la iglesia parroquial de Migueláñez. Ya en la Plaza Mayor tomaremos la calle Crucero que nos coincidirá hasta la carretera de Bernardos. Cuando lleguemos a este último pueblo podremos pasarnos también por su iglesia parroquial, pasando por las calles de Migueláñez, la calle Nueva y la calle Procesiones, Desde el templo parroquial desde la calle Iglesia llegaremos hasta la Plaza Mayor y saliendo por carretera C-605, con dirección a Armuña, llegaremos hasta la siguiente ermita.

 

PARADA N.º 11 – ERMITA DEL CRISTO DEL HUMILLADERO ( KM 52,2)

 

Esta ermita, del mismo nombre que la anterior en Migueláñez, se encuentra a la salida de Bernardos, junto a la carretera. Se trata de un edificio de planta rectangular y con cubierta a cuatro aguas, con muros de mampostería. Posee dos entradas de acceso situadas al este y al norte y ambas se cubren con arcos de medio punto; el material de las dovelas de los arcos y los sillares de las jambas es de piedra caliza. De este mismo material son los sillares con los que se refuerzan los ángulos del edificio. Su interior se encuentra semiabandonado.

 

 

Fig. 17. Ermita del Cristo del Humilladero (Bernardos).

 

Volveremos por la misma carretera hacia Bernardos y a penas 200 metros después nos desviamos hacia la derecha por la calle de las Eras, que en su primer tramo no deja de ser un camino de arena, por el que seguiremos hasta llegar al un tramo pavimentado de cemento que se prolonga por la calle Cañamares y llegando al final de la calle Castillo nos desviamos por el camino que sale a la derecha. En la primera bifurcación tomaremos nuevamente el camino de la derecha, y hasta llegar a la ermita de la Virgen del Castillo durante medio kilómetro tendremos un tramo de descenso, otro tramo de subida, otra pequeña bajada hasta afrontar el último tramo de pronunciada subida.

 

 

PARADA N.º 12 – ERMITA DE LA VIRGEN DEL CASTILLO (Km 53.6)

 

 

Esta ermita está situado en un cerro rodeada por los restos de una muralla tardorromana, objeto en los últimos años de campañas de restauración para devolver la apariencia de los que fueron estos muros defensivos de más de tres metros de anchura y reforzados por torres semicirculares en todo su perímetro. Parece que este lugar también fue ocupado durante la dominación visigoda y en los primeros momentos de la presencia musulmana en la península Ibérica. Se cree que en este lugar hubo un castillo, destruido en tiempos de Almanzor, a finales del siglo X, lo que explicaría el nombre que se le da a la Virgen.

Fig. 18. Ermita de la Virgen del Castillo.

 

Se constatan los inicios de la construcción de la ermita en 1729, después de que en el año anterior apareciera la imagen de la Virgen, por el contrato suscrito entre el ayuntamiento de Bernardos y los maestros albañiles que llevaron a cabo las obras, que durarían hasta 1732. Se trata de un edificio de planta rectangular con contrafuertes que refuerzan su estructura. En el siglo XIX se le añadió a los pies el pórtico de arco semicircular que protege la entrada y sobre él el doble cuerpo de la espadaña, con doble arquería en el inferior y un arco de menores dimensiones en el superior, en el que se sitúa una pequeña campana. También en el siglo XIX se horadó el montículo de piedra para que la ermita pudiera ser vista desde Bernardos, evitando así su desamortización y que pasara a manos privadas en subasta pública.

Fig. 19. Vista de Bernardos desde la ermita de la Virgen del Castillo.

 

En los años 60 del siglo XX se produjo un derrumbe parcial de la ermita y se pudo reconstruir gracias a las múltiples donaciones que se recibieron. El aspecto actual del edificio se debe a las últimas obras de restauración que se han llevado a cabo a comienzos de este siglo. Fue repintada al completo y se dio primacía a la piedra vista en el exterior.

 

Desde la construcción de la ermita se celebra la romería en la que se sube la imagen de la Virgen desde la iglesia parroquial hasta el cerro del Castillo. Desde 1940 esta romería se celebra cada diez años y es una fiesta declarada Bien de Interés Cultural Provincial. La romería que debía celebrarse en 2020 se suspendió por la pandemia de coronavirus y tuvo lugar en 2022, En está última celebración se llevó la imagen hasta la ermita de la Virgen el día 5 de agosto y el regreso a la iglesia se inició el día 7 a las 19:30, pero la llegada no se produjo hasta las 13:30 del día después, prolongándose la procesión durante 20 horas entre música y danzas.

 

A reseñar el litigio que ha mantenido el Ayuntamiento de Bernardos con el Obispado de Segovia, al haber inmatriculado éste la ermita a su nombre. En 2015 la Audiencia Provincial dio la razón al Ayuntamiento concediéndole la plena titularidad del edificio, tras lo que se firmó un convenio con el Obispado por el que se cedia la ermita durante la celebración de los actos religiosos.

Desandaremos el camino que hicimos desde Bernardos hasta llegar nuevamente a la enteada del pueblo, dirigiéndonos por la derecha por la calle del Batán, que nos llevará hasta la carretera de Carbonero el Mayor, pudiendo ver desde la intersección de estas dos vías la siguiente ermita. 

 

PARADA N.º 13 – ERMITA DE SAN ROQUE (KM 56.8)

 

Se encuentra en el extremo norte de Bernardos. Es una sencilla construcción de planta rectangular con muros de mampuesto entre hiladas horizontales de ladrillo. De este último material es también la portada, con arco de medio punto, y las hileras bajo el alero del tejado. Ha sido completamente restaurada y en la actualidad es el Centro de Recepción de Visitantes de Bernardos.

 

 

Fig. 20. Ermita de San Roque (Bernardos).

 

Funciona como centro de interpretación sobre la historia de la industria textil del lugar, que fue su principal actividad económica durante siglos, con una explicación a través de paneles y objetos de la artesanía local. Esta exposición permanente se titula “La urdimbre de la memoria – 500 años de actividad textil en Bernardos”.

 

Volviendo a la carretera en dirección a Carbonero durante 1,5 kilómetros nos desviaremos a la izquierda por la carretera de Navas de Oro y tras el descenso hasta el puente sobre el Eresma. Pasando este puente nos desviaremos a la derecha por el camino que pasa por el centro forestal de Constanzana. Desde aquí tomaremos el llamado Camino Real, subiendo una cuesta de camino arenoso y un kilómetro después del centro forestal nos desviaremos a la derecha por un camino que conduce a una pista forestal de la que volveremos a desviarnos hacia la derecha haciendo un giro de 90 grados, y tras pasar junto a una caseta forestal se llega hasta la explanada del antiguo vertedero de Carbonero. Siguiendo adelante atravesaremos el camino que conduce hasta Peñacarrasquilla y yendo derecho en dirección al Pirón pararemos antes de llegar al río en las ruinas de la ermita de Santa Águeda.

 

PARADA N.º 14 – ERMITA DE SANTA ÁGUEDA (KM 64)

 

Ubicada en el despoblado del Temeroso de Santa Águeda y cercana al río Pirón, esta ermita en estado ruinoso pertenece igualmente al denominado románico de ladrillo (siglo XIII). Es un edificio basilical de una sola nave y con una cabecera cuadrada con una cubierta de cañon apuntado. La transición de la nave, de mayor tamaño, al presbiterio se realiza mediante un arco triunfal abocinado por la superposición de tres arcadas de ladrillo; sobre él se apoya la espadaña, con dos huecos de campanas, también de ladrillo. La fábrica es de mampostería, de cantos y lajas de pizarra, y ladrillo en las arcadas, aristas y huecos de ventanas. Se trata de otro edificio que merecería una restauración que impidiera que la estructura de lo queda de arcos y bóveda se vinieran abajo.

  

Fig. 21 y 22. Vista exterior del presbiterio. Arcadas de ladrillo de separación entre la nave y el presbiterio. Ermita de Santa Águeda.

 

Atravesando el río Pirón por el vado que hay tras la ermita rodearemos el otero en el que se sitúa en lo alto un antiguo palomar e iremos por el camino que nos conducirá hasta Navalmanzano. Al llegar a la carretera de Navas de Oro iremos por la rotonda para pasar por debajo del puente de la autovía A-601 y en la siguiente rotonda se toma el camino que sale a la derecha a lo largo de 300 metros para desviarnos después a la izquierda y llegar hasta la ermita de San Roque.

 

PARADA N.º 15 – ERMITA DE SAN ROQUE (KM 70.2)

 

 

Se trata de una construcción sencilla, de planta rectangular y cubierta a cuatro aguas, sin ningún elemento que resalte. Tiene su entrada orientada hacia el norte, enmarcada por un arco de medio punto de ladrillo que arranca desde jambas de ese mismo material sin solución de continuidad. Un pequeño crucero de piedra se sitúa en el ángulo por el que se accede desde el camino.

Fig. 23. Ermita de San Roque (Navalmanzano).

 

Esta ermita, como las que hemos visto con el mismo nombre en Mozoncillo y Bernardos, estaban consagradas a San Roque, uno de los santos populares y que despertaba más devoción, en especial en épocas en las que se desataban las epidemias con frecuencia. Según la tradición, este santo francés del siglo XIV renunció a las riquezas y las repartió entre los pobres, y dedico su vida a cuidar de los infectados de peste. Él mismo después de curar a muchos enfermos, él mismo contrajo la peste y se retiró a un bosque para evitar contagiar a otros. Allí era alimentado por un perro que diariamente le llevaba un pan y lamía sus heridas que le curarían su enfermedad. Aunque hay varias versiones de su vida ésta es la creencia más extendida entre los creyentes.

 

En Navalmanzano, la ermita se erigió en 1620 como agradecimiento a San Roque, al que se le creía que con su intercesión había obrado un milagro, librando al pueblo de los estragos de una grave epidemia que se había desatado en 1598. Según la leyenda solamente murió un matrimonio en esa epidemia, por lo que el concejo de Navalmanzano y sus vecinos decidieron llevar a cabo las obras.

 

Recién colocada la Cruz del Cristo (1594), en el Camino del Calvario, llega la peste (1598). La intercesión de San Roque debió ser milagrosa en Navalmanzano, donde se tiene constancia de que sólo un matrimonio murió por esta enfermedad y se les enterró juntos en el atrio de Santa Juliana. Por eso, entre esta fecha y 1620 se levanta la sencilla ermita de San Roque, por parte del concejo y del agradecido vecindario.

 

Desde la ermita de San Roque vamos por el camino que nos llevará hasta Navalmanzano, pasando primero por la carretera de Navas de Oro y luego a la izquierda, por la antigua carretera de Segovia. Ya en Navalmanzano iremos sucesivamente por las calles eras de Mesa, Iglesia, Cristo de Santa Juliana y Zarzuela. Por esta última calle salimos del pueblo y antes de llegar al tanatorio giraremos a la izquierda para llegar a la ermita que se divisa sobre el altozano donde haremos la siguiente parada.

Fig. 24. Vista de Navalmanzano desde el alto de Santa Juliana.

 

PARADA N.º 16 – ERMITA DEL CRISTO DE SANTA JULIANA (KM 72.5)

 

 

La ermita es un edificio de dos cuerpos; la cabecera de planta cuadrada, más antigua, tiene un origen medieval (románico de ladrillo en el siglo XIII), construida con piedras irregulares con revoque de cal; el ladrillo se utiliza en los ángulos, vanos y aleros y , sobre el tejado, en la espadaña que corona el arco triunfal que separa el presbiterio de la nave añadida; esta nave se construyó tras derrumbarse en el siglo XIX el cuerpo de la ermita, que anteriormente era de tres naves.

Fig. 25. Ermita del Cristo de Santa Juliana.

 

Se ha conservado la misma portada que tenía la ermita antes de ese derrumbe, con un remate en arco de medio punto que se compone de dovelas de piedra caliza. El alero en la cabecera sobresale muy poco del muro, pero forma un friso ancho compuesto por dos filas de ladrillo en forma de puntas de diamante y en lo alto de la cornisa otras tres filas de ladrillo plano por su lado corto. Dos contrafuertes el muro sur y uno mas en la separación de la nave y el presbiterio refuerzan el edificio, puesto que este es el lado orientado hacia la pendiente de la cuesta.

 

 

Una antigua leyenda señala que hubo una comunidad de monjes que cuidaba el recinto y disponía de innumerables riquezas que escondían en una cueva bajo la ermita. Los monjes desaparecieron de la noche a la mañana y con ellos el supuesto tesoro; por el momento nadie ha podido dar con él….

 

Bajando la cuesta, seguimos recto unos 400 metros hasta que sale un camino a mano izquierda que nos conducirá hasta San Cebrián; tras recorrer poco más de 4,5 kilómetros, primero en ligera subida entre campos de cultivo y durante el último kilómetro con rampas más pronunciadas cuando el camino se rodea de pinos. Poco antes de culminar la cuesta y a la vista de los restos de la ermita de San Cebrián nos desviamos a la derecha y siguiendo la ascensión, llegamos a los pies de esta ermita, lugar en el que realizaremos la siguiente parada.

 

 

PARADA N.º 17 – ERMITA DE SAN CEBRIÁN (KM 77.4)

 

Esta ermita podría haber pertenecido a un poblado llamado Torrejón, ya que el camino que desde la carretera de Zarzuela del Pinar, pasa por San Gregorio y lleva hasta el alto de San Cebrián recibe el nombre de Carratorrejón (según un texto de Miguel Ángel Serrano en un suplemento de agosto de 2022 de la Asociación Sociocultural La Hontanilla de Fuentepelayo).

 

Los restos de la ermita de San Cebrián es lo único que queda de un antiguo despoblado. Sólo quedan en pie dos muros (el norte y el oeste de lo que era una construcción mudéjar de mampostería y ladrillo, semejante a otras ermitas de la zona, como la anteriormente visitada de Santa juliana, en Navalmanzano, o las de Santa Águeda y San Miguel, en el término de Carbonero.

Fig. 26 y 27. Ruinas y una ventana abocinada de ladrillo. Ermita de San Cebrián.

 

 

El interés paisajístico de esta parada es indudable, resultando excepcionales las vistas panorámicas que se divisan desde el alto; se puede decir que media provincia de Segovia está al alcance de nuestros ojos: el mar de pinos se extiende hasta perderse de vista desde el oeste hasta el macizo de Sepúlveda, que se eleva sobre la masa verde; al frente, sobre los pinares, se levanta la línea horizontal de las parameras del norte de la provincia, pudiéndose distinguir en los días despejados los edificios de Cuéllar; al sur se divisa la campiña, la rampa y, al fondo, el perfil de la sierra con su característico color azulado. Estamos a 919 metros de altitud, según marca el vértice geodésico en el mapa topográfico, y al resaltar sobre el terreno de alrededor le convierte en un excelente mirador por sus cuatro costados.

 

Bajando la cuesta en dirección a Fuentepelayo se llega hasta una zona arbolada con unos pocos ejemplares de álamos blancos y a unos metros de distancia se pueden divisar los restos de la ermita de San Gregorio.

 

PARADA N.º 18 - ERMITA DE SAN GREGORIO (KM 79.7)

 

 

El paraje recibe el nombre de la ermita y en este caso se desconoce el nombre del núcleo de población que tendría ese edificio como iglesia parroquial. Solo queda en pie uno de los ángulos de la ermita, que también sería en origen de estilo románico-mudéjar. El alto en el que está enclavado la ermita se compone de calizas del Cretácico de tonos rosáceos, como se pueden ver en un agujero que se encuentra a los pies de los restos de la ermita y que pudo servir de cantera. Tanto la ermita de San Gregorio, como la anterior de San Cebrián dependían eclesiásticamente de la parroquia de Santa María de Fuentepelayo.

Fig. 28. Restos de la ermita de San Gregorio.

 

 

Siguiendo el camino, a unos pocos metros giraremos hacia la derecha para seguir bajando la cuesta, dejando a un lado la laguna de La Llosa y algo más adelante, pasada la primera nave ganadera, tomaremos el camino de la izquierda, pasando entre otras granjas hasta llegar a la ermita de San Miguel.

 

 

PARADA N.º 19 – ERMITA DE SAN MIGUEL (KM 81.6)

 

Es otro sencillo edificio de planta rectangular con cubierta a cuatro aguas con un pequeño cuerpo añadido hacia el este que hace las veces de sacristía. Sus muros de mampostería estás reforzados en los ángulos por sillares de piedra. El muro orientado al sur está enteramente revocado y en él se sitúa la puerta de acceso; sobre el arco de medio punto de la puerta una espadaña de un único vano se remata con una veleta pero en la que se echa de menos una campana. Sin duda que el entorno de la ermita no le proporciona un gran atractivo al estar rodeada de naves ganaderas.

 

 

Fig. 29. Ermita de San Miguel (Fuentepelayo).

 

Como en la parada nº 4 de esta ruta, esta ermita está consagrada a San Miguel Arcángel, patrón de Fuentepelayo, que la tradición cristiana considera como el “Príncipe de los espíritus celestiales” y ya en el Antiguo Testamento aparece como el defensor de las almas, a las que protege de las tentaciones del diablo. Esta festividad religiosa era de precepto en la Edad Media y era un día señalado en el calendario agrícola, pues al celebrarse el 29 de septiembre, era fecha en la que la cosecha se daba por concluida y todavía no se habían iniciado las labores de siembra, momento propicio para ajustar los pagos y arrendamientos.

 

Iremos por el camino que conduce hasta un tallet mecánico, para pasar después por el puente sobre el arroyo Malucas y cruzando la carretera nos dirigimos por la calle de Ronda hasta la carretera de Pinarengrillo y tras hacer 4 kilómetros por ella estaremos a la puerta de la última ermita del recorrido.

 

 

PARADA N.º 20 – ERMITA DEL CRISTO DEL PENEGRAL (Km 86)

 

 

La ermita actual se levanta en el mismo lugar que ocupaba otra anterior de fecha incierta. De la antigua ermita se aprovecharon los cimientos de su lado y en el siglo XIX se amplió hacia el norte y el oeste. Los muros son de mampostería, utilizando el ladrillo en los contrafuertes de los ángulos, las arquerías, aleros y en la espadaña. La planta de la nave es rectangular y la remate de la cabecera se remata con un ábside semicircular. El revoque de sus muros se ha pintado recientemente con un vistoso color ámbar.

Fig. 30 y 31. Portada y ábside de la ermita del Cristo del Penegral.

 

El nombre con el que se conoce al Cristo titular de la ermita fue idea del cura párroco, Pedro del Río, que tras las obras de reforma se le ocurrió que hiciera referencia a los pinos negrales o resineros que rodean la población. Antes del cambio de nombre parece ser que se le denominaba, como en otros muchos lugares como Cristo del Humilladero.

 

Para completar el recorrido podremos ir por el camino de gravilla que lleva hasta Pinarnegrillo y llegar desde la calle de Fuentepelayo hasta su Plaza Mayor.

 

En Wikiloc puedes encontrar este recorrido en el siguiente enlace:

 

https://www.wikiloc.com/mountain-biking-trails/ermitas-a-porrillo-recorrido-por-tierra-de-pinares-y-por-la-campina-de-segovia-121582615

 

 

MAPA DE LA RUTA Nº 12
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